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3 de Agosto,  Salta, Centro, Argentina
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Señales de tensión en el epicentro del suministro mundial

Domingo, 03 de agosto de 2025 02:26
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Mientras el mundo debate cómo garantizar la transición energética, China —líder absoluto en la cadena de suministro de litio— enfrenta un dilema interno que podría tener efectos globales. Según un reciente informe de Goldman Sachs, hasta un 45% del suministro de litio integrado y upstream del país podría estar operando con licencias mineras "incompletas" o sujetas a revisión. ¿Estamos ante un ajuste de cuentas regulatorio o simplemente una estrategia de control de oferta?

En el segundo trimestre de 2025, al menos nueve operaciones productivas en China recibieron notificaciones de sus respectivas oficinas de recursos naturales. ¿El motivo? Inspecciones a las licencias de explotación de litio. Algunas carecían de la inclusión formal del litio como mineral autorizado; otras enfrentaban vencimientos inminentes o requerían clarificaciones técnicas sobre el mineral principal (especialmente en el caso del lepidolita). Solo en la provincia de Jiangxi, ocho minas de lepidolita —que representan el 30% de la producción nacional— fueron notificadas para presentar informes técnicos antes de septiembre.

Aunque los productores aseguran que los procesos de regularización son "manejables", el riesgo no es menor. Goldman Sachs estima que si toda la producción con licencias incompletas se detuviera, el impacto alcanzaría el 12% del suministro global (10% de la capacidad instalada mundial). Incluso en un escenario más conservador —que afecte principalmente a operaciones en salmueras y parte del lepidolita— el impacto podría rondar el 7-8%. Y aunque las operaciones no se han detenido en su mayoría, el precedente de Zangge Mining (que suspendió su proyecto Qarhan el 17 de julio por este motivo) despierta señales de alarma.

Paradójicamente, todo esto ocurre en un contexto de sobreoferta. China produjo 459.000 toneladas LCE en 2025 (27% del suministro mundial), mientras el mercado global enfrenta un superávit estimado de 724.000 toneladas LCE (52% de capacidad ociosa). Además, los costos marginales de producción están cayendo más rápido de lo previsto: el lepidolita chino ya podría estar produciendo por debajo de los US$7.300/t-LCE, frente a los US$10.000-11.000/t estimados anteriormente y comparativamente en valores similares con lo de nuestras salmueras cuya maduración de proyectos es bastante más larga.

En términos geoestratégicos, este ajuste regulatorio puede tener lecturas múltiples. En primer lugar, demuestra el control total del Estado chino sobre los recursos críticos. En segundo, puede interpretarse como una maniobra para disciplinar la oferta interna, contener la caída de precios y estabilizar el mercado. Finalmente, también puede leerse como un mensaje al resto del mundo: China no solo produce litio, también regula su volumen, sus tiempos y su destino.

Mientras algunos países aún discuten cómo atraer inversiones o aprobar sus primeros marcos regulatorios, China ya está transitando su segunda o tercera generación de reformas en torno al litio. Para Argentina —especialmente el NOA— esto representa una doble lección: primero, que la competitividad ya no solo depende del recurso, sino del marco institucional y regulatorio que lo sustenta; y segundo, que en el ajedrez global del litio, cada movimiento cuenta. Incluso una inspección burocrática.

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