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16 de Octubre,  Salta, Centro, Argentina
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"Mi hija respira por un tubo y Osprera la está dejando sin aire"

Lorena Vargas denunció que Osprera le niega a su hija Solange, un equipo de ventilación que necesita para vivir.
Jueves, 16 de octubre de 2025 01:26
Lorena con su hija Solange de 14 años.
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Lorena Vargas, vecina de La Merced, lleva 14 años peleando por la vida de su hija Solange, una adolescente con síndrome genético, cardiopatía, EPOC y discapacidad profunda. Hoy, desesperada, denuncia que la obra social OSPRERA (de los trabajadores rurales) le niega un equipo vital.

"Mi hija respira por un tubo y OSPRERA me la está dejando sin aire". Con esa frase, Lorena Vargas, de 42 años, resume su desesperación. Vive en La Merced junto a su esposo Ángel Chocobar, peón rural, y sus ocho hijos. Tres de ellos tienen Certificado Único de Discapacidad. Pero es Solange, de 14 años, quien necesita cuidados permanentes: depende de oxígeno las 24 horas, tiene una traqueostomía y una enfermedad pulmonar obstructiva crónica que complica cada respiro. Son del barrio Güemes, al oeste de esta localidad.

Desde el 21 de septiembre, cuando fue a un control médico en el Hospital Materno Infantil de Salta, Lorena insiste para que la obra social OSPRERA autorice un equipo de ventilación domiciliaria con soporte vital y batería de respaldo. El pedido fue firmado el 29 de septiembre por el Dr. Milton Godoy, quien advirtió que el aparato es "urgente y vital para la respiración de la paciente". Sin embargo, hasta hoy la obra social no da respuestas.

"Ella tiene una sangre contaminada porque no expulsa el monóxido de carbono. Ese equipo le permitiría mejorar su calidad de vida, pero cada día que pasa sin tenerlo es un día menos de vida", explica la madre. "Hice todos los trámites que me pidieron, los presenté, y cuando voy me dicen que no saben cuándo lo van a entregar. Llamo, reclamo, y me dicen que espere. Pero mi hija no puede esperar".

Lorena asegura que en los últimos años OSPRERA comenzó a recortar prestaciones y medicamentos. "Primero me redujeron la internación domiciliaria, después empezaron a faltar los remedios. Mi hija toma 13 medicaciones diarias y sin ellas se descompensa. La obra social me hizo justificar cada mes los mismos tratamientos de hace 14 años. Ya no quiero justificar más nada: mi hija no se cura de un día para otro", dice con bronca y cansancio.

La familia sobrevive con el esfuerzo del padre, peón rural y albañil, que trabaja donde puede para sostener el hogar. "No pedimos lujos, ni plata: pedimos que nos den lo que por derecho le corresponde a mi hija. Que no la dejen morir en casa. Que entiendan que los hijos de los trabajadores rurales también tienen derecho a vivir con dignidad".

Lorena siente que el sistema de salud abandona a las familias pobres con hijos con discapacidad. "Nos hacen sentir que no valemos nada. Pero mi hija vale todo. Hemos pasado cirugías, internaciones, noches sin dormir. No voy a bajar los brazos ahora. Solo quiero que OSPRERA cumpla con su obligación y entregue el equipo que le puede salvar la vida".

La madre también pidió la intervención de las autoridades de Salud de la Provincia y legisladores para que agilicen estos trámites. "Lo primero que hago cada mañana es ver si Solange respira", expresó.

 

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