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Hace cuatro años, el entonces intendente de Tartagal, Sergio Leavy, instruyó al personal a su cargo para que dejara en plena operatividad y con todo el equipamiento un móvil odontológico que, semana a semana, recorría barrios y comunidades brindando tareas de prevención en salud bucal. Además, atendía a niños y adultos que, por diversas razones, no podían llegar al hospital Juan Domingo Perón. La falta de turnos disponibles y las largas distancias hasta el nosocomio, ubicado en el macrocentro de la ciudad, eran las principales dificultades.
Sin embargo, durante la gestión del exintendente Mario Mimessi, el móvil odontológico —un consultorio montado sobre un tráiler con toda la aparatología necesaria— literalmente desapareció. Finalmente, fue ubicado en el CIC Norte junto con otro móvil de la Sociedad del Estado Tartagal Productiva, que era utilizado para trasladar carne de cerdo producida en esa unidad hasta los barrios más alejados. Otra de las unidades móviles de atención, el móvil ginecológico, corrió la misma suerte y también quedó en desuso.
El odontólogo Tomás Albarracín, quien estuvo a cargo del móvil odontológico durante varios años, explicó: "Se trató de una inversión millonaria, al punto de que hoy el municipio aún no lo puede recuperar. Según nos dijo el intendente Franco Hernández, están realizando gestiones con la provincia para ver de qué manera podemos armarlo de nuevo y que vuelva a prestar este servicio tan esencial".
Albarracín recordó: "Cuando finalizó la gestión del exintendente Leavy, yo estaba a cargo del consultorio móvil odontológico y lo dejé en inmejorables condiciones. El intendente nos pidió especialmente que lo dejáramos impecable, con todo el mobiliario y los aparatos, porque aunque hubiera un cambio de gobierno, las familias más carenciadas seguirían necesitando esta asistencia. Cuando volví al inicio de la gestión de Hernández para verlo, descubrí que estaba desmantelado: no dejaron ni el sillón, que es carísimo. No tengo idea de qué hicieron con toda la aparatología en la gestión anterior ni por qué motivos".
El profesional agregó que, en su esfuerzo por dejar el móvil listo para la siguiente gestión, lo único que olvidó colocar fue un juguete didáctico con el que enseñaban a los niños la importancia del cepillado dental: "Todavía lo tengo guardado como recuerdo y esperando el día en que podamos volver a usarlo. Pero el tráiler quedó tirado en el CIC Norte, sin nada: ni sillón, ni herramientas. Recuerdo que la lámpara de fotocurado fue una de las cosas más costosas, al igual que las herramientas odontológicas, que tienen un alto valor. Realmente no sé con qué fin desmantelaron una unidad tan importante para atender a la gente más humilde, aquella que no puede ir al hospital o no consigue un turno".
Albarracín también rememoró un episodio ocurrido hace algunos años, cuando pasó por la ruta 34 en medio de un corte de ruta: "Vi que el móvil había sido prestado a los gendarmes, supongo que para que descansaran o para algún otro uso. Lógicamente, ellos ni siquiera sabrían de qué se trataba. Me dio tanta indignación que publiqué un posteo en mis redes sociales, y poco después lo retiraron de la ruta. Pero ya no tenía nada de lo que había sido".