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Los choques múltiples sobre la ruta nacional 34, en el tramo que atraviesa la ciudad de Gal. Güemes, siguen siendo una constante en tiempos de vacaciones de invierno, de verano, o de algún feriado largo, cuando cientos de familias aprovechan la oportunidad para una escapada.
Los dos accesos a la ciudad, acceso norte y acceso sur, se ven muy congestionados por la presencia del numeroso tránsito vehicular, cuya circulación que se ve demorada por la existencia de dos sistemas de semáforos. La detención no supera el minuto y medio, pero para algunos desesperados conductores, estos segundos se transforman en horas de espera.
Pronto la impaciencia se hace cargo del volante, para transformarse en una de las principales causas de choques en cadena, que involucran a más de tres vehículos. Estos accidentes en este año, durante los primeros días del inicio de las vacaciones, ya sumaron 4, con distintas consecuencias para los tripulantes de cada uno de los automóviles involucrados, en la mayoría de los casos con lesionados leves, pero con daños de consideración para los vehículos. Las planeadas felices vacaciones, se transforman entonces en un tremendo dolor de cabeza.
Las razones para la ocurrencia de este tipo de colisiones, están relacionadas con una velocidad poco prudente de circulación al ingresar a una zona urbana, donde es muy importante mantener la distancia de frenado, para evitar ser sorprendidos por una detención abrupta del vehículo que circula por delante, una medida de seguridad que prácticamente no se tiene en cuenta. En los semáforos, tanto aquellos que se encuentran en el sector del hospital, como en las cercanías a la terminal de colectivos, las colas que se forman llegan a superar los 500 metros, situación que puede sorprender a los conductores que, si no están muy atentos con los ojos puestos en el camino, tienen muchas posibilidades de chocar a los vehículos que se encuentran detenidos.
Un peligro por la banquina
Las demoras por el congestionado tránsito, genera un malestar que se traduce en acciones imprudentes, como bajar a la banquina y transformarla en parte de la ruta, poniendo en riesgo a quienes circulan en forma peatonal, a ciclistas, motociclistas, y automovilistas que salen o buscan ingresar a los barrios de la Banda Oeste. Desde el municipio se ensayaron distintas acciones para minimizar los tiempos de demora, como más tiempo de luz verde para el tránsito sobre la ruta nacional, quitándoles segundos a quienes lo hacen por calles laterales o por la ruta provincial Nº 10, sin que esta medida haya podido lograr una mejora al problema.
Quienes también se ven como víctimas de esta situación, son los vecinos de los barrios Rufino Castañeda y Cooperativa, al tornarse para ellos algo casi imposible poder cruzar la ruta nacional, o intentar acceder a ella. La solución de fondo estaría dada por la ampliación de la cinta asfáltica a tres o cuatro carriles, algo que alguna vez se propuso, que no se hizo y ahora es algo casi imposible de imaginar que se pudiera concretar.