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26 de Agosto,  Salta, Centro, Argentina
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Tastil: la ciudad perdida que aún guarda secretos

Albergó 3.000 habitantes. El poblado preincaico más grande del país
Martes, 26 de agosto de 2025 00:52
Un sector del yacimiento reconstruido con IA.
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En medio de la Puna salteña, a más de 3.200 msnm, se levanta el mayor enigma arqueológico de la Argentina: "Santa Rosa de Tastíl". Entre piedras que dibujan calles, plazas y recintos, late la memoria de una ciudad que en su esplendor -hacia los siglos XIII y XIV- albergó entre 2 mil y 3 mil habitantes, lo que la convirtió en el asentamiento preincaico más grande del país y uno de los más importantes de Sudamérica.

Su organización sorprende incluso hoy: más de 1.100 recintos de piedra fueron levantados como viviendas, centros comunitarios y espacios rituales. Allí, sus pobladores cultivaban papa, quinua y maíz entre otros. En medio de sus terrazas agrícolas, criaban llamas y comerciaban a larga distancia. Por Tastil pasaban caravanas de trueque que traían obsidiana, conchas marinas y tejidos finos, prueba de una red comercial que unía la Puna, el altiplano y hasta con la costa del Pacífico.

Con la expansión del "Imperio Inca", en el siglo XV, Tastil fue incorporada al Tawantinsuyu, aunque no por mucho tiempo. Cuando los conquistadores españoles llegaron al actual noroeste argentino, la ciudad ya estaba desierta. ¿Qué ocurrió? Las hipótesis son varias y alimentan el misterio: algunos arqueólogos hablan de sequías prolongadas, que habrían hecho imposible sostener a una población tan numerosa.

Otros mencionan una reestructuración incaica, mediante los llamados "mitimaes", una política que obligaba a trasladar comunidades enteras a territorios lejanos. Pero también se argumenta que una crisis interna de su comunidad y presión sobre los recursos naturales pudieron desgastar a la sociedad tastileña desde adentro.

El resultado fue un abandono silencioso: una ciudad que se desvaneció sin testigos, dejando tras de sí muros, petroglifos y fragmentos de cerámica como únicas huellas.

El sitio fue redescubierto en 1903 por el arqueólogo sueco Eric Boman, quien realizó los primeros estudios sistemáticos. Más de un siglo después, las excavaciones siguen revelando piezas que muestran la complejidad de su cultura, pero aún falta una investigación integral que pueda responder a la gran pregunta: ¿por qué desapareció Tastil?

Hoy, entre los muros que alguna vez fueron casas y no corrales, los visitantes pueden caminar sobre los restos de una ciudad fantasma. Cada piedra parece guardar un secreto: el de un pueblo que supo organizarse con precisión urbana, articular comercio a gran escala y mantener rituales que hoy apenas intuimos.

Quizás sea ese el verdadero poder de Tastil: recordarnos que la historia no siempre está escrita en los libros, sino en los silencios de la tierra. Allí, bajo la arena y el viento de la Puna, la vida de la ciudad perdida todavía espera ser contada.

Qué eran los "mitimaes"

Eran comunidades enteras de personas trasladadas forzosamente desde su lugar de origen hacia otras regiones del Tawantinsuyu. El objetivo del traslado tenía que ver con el control político de los Incas sobre sus sometidos, además permitía poblar zonas estratégicas. Los incas llevaban artesanos, agricultores o guerreros especializados para que transmitieran su conocimiento en otras provincias.

En lugares como Santa Rosa de Tastil es posible que parte de la población haya sido removida como "mitimaes", lo que explicaría en parte su despoblamiento antes de la llegada de los españoles.

 

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