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La violencia volvió a golpear al fútbol barrial de Cerrillos. El pasado sábado 2 de agosto, un encuentro entre los equipos de Santa Teresita y La Isla, jugado en el predio conocido como La Cervecera, terminó en una brutal pelea entre jugadores e hinchas, que dejó como saldo al menos una persona hospitalizada por la gravedad de las heridas, además de varios lesionados.
“Fue una batalla campal”, aseguraron vecinos de la zona que presenciaron el violento episodio. El partido, que formaba parte del tradicional torneo barrial, derivó en caos y corridas, empañando una vez más el espíritu de integración y recreación con el que fue creado este tipo de competencia.
Este no es un hecho aislado. En los últimos meses, se han registrado varios incidentes similares en diferentes canchas de Cerrillos, lo que ha encendido las alarmas entre familias, dirigentes y autoridades locales. La escalada de violencia preocupa por su frecuencia y por la intensidad de los enfrentamientos.
“La violencia en todos los niveles de la sociedad va creciendo, y el fútbol no está exento”, lamentó un dirigente barrial consultado por este medio. También apuntó contra la falta de presencia policial y la ausencia de controles efectivos por parte de los organizadores del torneo.
Frente a lo ocurrido, se esperan sanciones deportivas y posiblemente penales para los responsables de los hechos. Mientras tanto, vecinos y familias exigen mayor seguridad y un compromiso firme para garantizar que estos espacios no se conviertan en escenarios de violencia.
“Lo que queremos es poder ir a la cancha en paz, con nuestros hijos, sin miedo a que termine todo en una pelea o en una desgracia”, expresó una madre que estaba presente en el predio el día del enfrentamiento.
El fútbol barrial, que debería ser un punto de encuentro para las comunidades, hoy refleja un problema social más amplio que exige respuestas urgentes. La pelota, por ahora, quedó manchada.