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La farsa que montó una madre sobre su hija perdida, indignó a la policía

Una denuncia insólita movilizó a la policía durante 15 horas. Indignación por la irresponsabilidad de una madre que podría ser imputada por falsa denuncia y obstrucción de la justicia.
Lunes, 22 de septiembre de 2025 01:47
La subcomisaría del barrio San Jorge de Rosario de Lerma.
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Un hecho insólito y cargado de irresponsabilidad conmocionó días pasados a Rosario de Lerma, luego de que una denuncia por la desaparición de una adolescente movilizara a gran cantidad de efectivos policiales durante más de 15 horas, cuando finalmente se constató que la menor nunca se había alejado del domicilio familiar.

La Fiscalía ya evalúa imputar a la madre por falsa denuncia, resistencia a la autoridad y obstrucción a la investigación. La denuncia que encendió las alarmas se originó el pasado martes, cerca de las 22 horas cuando Romina, de 37 años, denunció en la Subcomisaría del barrio San Jorge de Rosario de Lerma, el extravío de su hija Guadalupe, de 15 años.

Según relató la mujer, la adolescente se había escapado de la vivienda tras una discusión familiar en Barrio San Jorge, y se había retirado vestida con el uniforme del establecimiento educativo a donde concurre en esta ciudad.

La denunciante detalló que la discusión se originó porque le había quitado el celular a la joven en castigo por haberse ausentado de la casa durante media hora con la excusa de ir a comprar papel higiénico. Cuando la menor reclamó la devolución del aparato, la madre se negó y la situación derivó en un fuerte altercado. La adolescente, entre lágrimas, advirtió: "Si no me lo das, me voy de la casa y te escribo una carta".

Acto seguido, tomó una hoja y un bolígrafo, y la madre le arrebató el papel diciéndole: "Dejá de tontear, cómo vas a llorar por un celular". La menor salió corriendo de la habitación. Al rato, otro de los hijos alertó a la madre de que Guadalupe intentaba autolesionarse con una trincheta. Tras quitarle el objeto, la joven aprovechó el descuido para marcharse de la casa. Luego de unas horas, la familia al no saber nada de la menor, comenzó una desesperada búsqueda.

Ante la ausencia de la adolescente, y tras comprobar en la escuela que la menor no había asistido a clases, se denunció la desaparición y se activó un operativo policial de gran escala. Los efectivos desplegaron recursos humanos y logísticos para dar con el paradero de la estudiante, en un contexto de máxima preocupación por la integridad de la menor.

La situación tomó mayor dramatismo al saberse que la joven ya había intentado escapar de su casa en una ocasión anterior, lo que reforzó la hipótesis de un posible riesgo.

La verdad detrás del caso

La sorpresa llegó recién al día siguiente cuando se constató que la adolescente nunca se había ido realmente de su entorno familiar. Había buscado refugio en la misma vivienda, pero en la habitación de su hermana mayor, donde pernoctó tras la discusión con su madre. Lo más grave es que, según los primeros informes, la madre ya estaba al tanto de esa circunstancia pero nunca lo informó a la policía, permitiendo que el operativo continuara durante horas. Otro dato no menor, es que la madre fue reticente con la policía al no dejar ingresar a los investigadores al domicilio familiar a indagar sobre sus pertenencias que faltaban o hablar con el resto de la familia buscando más datos. Luego que se la conminó a dejar pasar a la policía caso contrario volverían con una orden de allanamiento del juez de turno, la mujer se apartó de la puerta de ingreso y dejó pasar a la policía. Fue en esos pocos minutos que se dieron cuenta que la menor estaba en la casa y que la madre estaba enterada.

Consecuencias judiciales

Desde la Fiscalía no descartaron imputar a la mujer por falsa denuncia, hostigamiento a la investigación y hasta resistencia a la autoridad, ya que no colaboró en absoluto con el procedimiento ni aportó la información necesaria que hubiera permitido cerrar el caso en cuestión de minutos.

La causa podría sentar un precedente inédito, ya que en general las denuncias por desapariciones de menores son tratadas con la máxima seriedad y celeridad, dada la gravedad potencial de esos casos. Sin embargo, aquí se trató de un cuadro generado y sostenido por la propia madre, con una actitud que la Justicia considera irresponsable e inaceptable.

 

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