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La intendenta de General Mosconi, Ana Guerrero, fue denunciada por una empleada de la Clínica San Antonio, de la ciudad de Tartagal, quien la acusa de haberla agredido físicamente en el lugar de trabajo. El episodio, de trasfondo personal, estalló en medio de un clima político marcado por la campaña para las elecciones del próximo 26 de octubre.
El hecho ocurrió el jueves 25 de septiembre a las 10 de la mañana en Tartagal, cuando Guerrero se presentó en la clínica y, según la denuncia policial, increpó a la trabajadora administrativa Sandra Viviana Cruz con la frase: !Así que vos sos la alcahueta de mi marido".
De acuerdo al testimonio asentado en sede judicial, tras esa acusación la intendenta comenzó a agredir físicamente a Cruz "con golpes a mano abierta en distintas zonas del cuerpo", la empujó y le tiró del cabello, provocando que la víctima cayera al suelo y se torciera el tobillo derecho. La situación se produjo frente a compañeros de trabajo, el gerente y el director de la clínica, quienes constataron la escena.
Amenazas e intimidaciones
Cruz también dejó asentado que, un día antes, Guerrero la había llamado por teléfono y le advirtió: "Así que vos sos la alcahueta de mi marido, ya vas a ver mañana y si sos tan macha vamos a ver qué podés hacer, que te echen de la clínica". En la misma denuncia, la empleada señaló que la situación la expuso a amenazas e intimidaciones, además de un daño físico comprobable.
El escándalo, que rápidamente inundó las redes sociales, se da en medio del clima preelectoral, aunque esto no llega a justificar la actitud de Guerrero.
Los intendentes atraviesan semanas de fuertes presiones políticas y sociales, con recursos cada vez más limitados. Pero el episodio de Mosconi, pese a lo que puede argumentarse, no llega a ser un caso institucional y devela que, al parecer, hay jefes comunales mas enfocados en otras cuestiones.
"En defensa propia"
Aunque desde el entorno de Guerrero se aseguró que la jefa comunal "reaccionó en defensa propia" tras ser agredida verbalmente en la clínica, lo cierto es que la denuncia formal y el parte médico de Cruz ya están en manos de la Justicia.
La intendenta, que ya había sido cuestionada anteriormente por su exposición en redes sociales, pidió disculpas a la comunidad tras lo sucedido y agradeció el apoyo de vecinos que se solidarizaron con ella. No obstante, el repudio social fue inmediato. Allí le reclamaron mas atención a las cuestiones municipales y menos exposición en las redes sociales, donde Guerrero es propensa a aparecer en situaciones personales que luego resultan en fuertes críticas a su gestión.
El caso Guerrero no sólo pone bajo la lupa la conducta de una funcionaria pública que debe preservar su investidura, sino que también desplaza del debate comunitario problemáticas de fondo que esperan respuestas urgentes: la salud pública, la infraestructura y la situación social crítica en el norte provincial, en un momento preelectoral clave.
Parte de la denuncia
"Posterior a ello comenzó a agredirme físicamente con golpes a mano abierta en distintas zonas del cuerpo, luego me empujó y agarró del cabello, fue donde me caí y me torcí el tobillo derecho. (...) Deja asentado que con fecha 24/09/25 a las 23 horas la señora Guerrero me comunicó vía telefónica y me expresó: 'Así que vos sos la alcahueta de mi marido, ya vas a ver mañana y si sos tan macha vamos a ver qué podés hacer, que te echen de la clínica'", figura en la denuncia.