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La desigualdad en la Argentina anotó su peor registro para un tercer trimestre desde la salida de la pandemia en 2021, como consecuencia del avance del empleo precario y el atraso en los salarios. El Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (Indec) publicó ayer el coeficiente de Gini del tercer trimestre del año.
La medida, que se utiliza para indagar la brecha de distribución de ingresos, registró una suba del 0,434 al 0,435, lo que reveló que entre julio, agosto y septiembre el 10% de la población con mayor ingreso per cápita familiar concentró 18 veces más del total del ingreso que el 10% con menores recursos.
Aunque la variación parezca pequeña, hay que señalar que la escala de Gini se mide en un espectro de 0 a 1, donde 0 representa la igualdad perfecta y 1 la desigualdad absoluta, por lo que representa un impacto importante en los niveles de desigualdad.
Del estudio surgió que las familias con más ingresos concentraron el 32,4% del total del ingreso en el tercer trimestre de 2024. Es decir, recibió 18 veces más ingresos que el 10% con menor ingreso.
Cabe destacar que la desocupación creció del 5,7% al 6,9% en el tercer trimestre, lo que implica que hay 1.575.000 nuevos desempleados. Además, en este período se registró una caída del empleo de calidad de 3,8% interanual (i.a.).
Por la caída de los salarios, el aumento de la tasa de ocupados demandantes registró un incremento de 2,4 p.p. (15,2% vs. 17,6%).
Los ingresos
Respecto a la población ocupada, se registró un ingreso promedio de $612.035 y un ingreso mediano de $500.000. El ingreso promedio de los primeros cuatro deciles de la población, ordenada según ingreso de la ocupación principal, fue de $200.163.
Además, el ingreso promedio de la ocupación principal de las mujeres fue 27,7% menor al de los varones.