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Las negociaciones por la reforma electoral siguen su curso pese a que en el Congreso las sesiones entraron en receso, y el Jefe de Gabinete, Guillermo Francos, planifica una serie de reuniones para contar con el apoyo necesario para la eliminación de las PASO.
“Las PASO no han servido para nada, se implantaron solamente como un gasto más. En las últimas se gastaron 52 millones de dólares”, dijo el jefe de Gabinete la semana pasada ante empresarios en el Consejo Interamericano de Comercio y Producción (CICyP). El costo de las primarias, en un contexto de ajuste generalizado, será el principal argumento para respaldar la reforma.
Sin embargo, hasta el momento solo la implementación de la Boleta Única de Papel reúne cierto consenso. Aunque tras la media sanción de Diputados el año pasado, el proyecto continúa estancado en el Senado. El Gobierno deberá negociar principalmente con los gobernadores de Río Negro y Misiones para llegar a los 37 votos.
De hecho, ese será el principal planteo de los bloques de la UCR y Hacemos Coalición Federal: antes de debatir la eliminación de las PASO, el oficialismo tiene que avanzar con la Boleta Única de Papel, que ya tiene dictamen de comisión. Solo falta juntar unos pocos votos clave.
Ante este panorama, una variante que analizan en la Casa Rosada es eliminar solo la obligatoriedad de las primarias. De hecho, María Eugenia Vidal, del PRO, ya presentó un proyecto en ese sentido: las PASO pasarían a ser las PAS (Primarias, Abiertas y Simultáneas) y dejarían de ser obligatorias tanto para los partidos como para los electores. Así por lo menos estaría garantizado el apoyo de la bancada amarilla.