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Fred Machado rompió el silencio: “El error de Espert fue negarme, yo no soy narco”

El empresario argentino acusado de vínculos con el narcotráfico habló por primera vez desde Viedma. Negó los cargos, denunció “torturas” por parte de agentes estadounidenses y aseguró que el mayor error del diputado José Luis Espert fue haberlo negado. “Yo no soy narco, soy un tipo que se equivocó”, sostuvo.
Martes, 07 de octubre de 2025 06:53
e Federico “Fred” Machado.
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“Me convirtieron en radiactivo”. Así describe Federico “Fred” Machado su situación actual, tras años de denuncias, titulares y sospechas que lo vincularon con operaciones aéreas irregulares y con políticos argentinos. “No soy narco, soy un tipo que se equivocó”, repite, con la voz cargada de bronca y cansancio. Desde su casa en Viedma, el empresario aeronáutico rompe el silencio para defenderse y apuntar contra quienes -dice- lo usaron “para tapar una red mucho más grande”.

Machado, que durante años operó entre Estados Unidos, Centroamérica y la Argentina, asegura que su historia fue “tergiversada hasta el absurdo”. “Hicieron un personaje que no existe. Yo nunca fumé, nunca tomé, no ando en esos negocios. Todo esto se descontroló porque Espert me negó, y eso fue un error”, dispara.

Según su relato, su vínculo con el diputado José Luis Espert comenzó mucho antes del escándalo. “Lo ayudé cuando recién empezaba. Le presté un avión y unos mangos para moverse. Lo hice por lástima, no era el Espert del ‘cárcel o bala’. Era otro tipo, más humano”, cuenta.

“Le hice un contrato por 200 mil dólares”

El empresario admite que existió un contrato con Espert en 2019. “Sí, fue por más de **200 mil dólares, a través de Aircraft Guaranty, una empresa de Estados Unidos. Se hizo todo en regla. Yo lo contraté para que me asesorara, pero después vino la pandemia y todo se frenó. No hubo millones ni aportes ilegales. Hablan pavadas”, sostiene.

Machado insiste en que el dinero que movía provenía de su actividad aeronáutica. “Yo movía mi plata por Aircraft Guaranty, como cualquiera que compra un avión en EEUU siendo extranjero. Era un sistema legal. Pero cuando explotó la causa contra Debra Mercer-Erwin, me arrastraron con ella”, explica.

“Me usaron para tapar otra red”

El empresario asegura que su caso fue utilizado como cortina de humo para encubrir negocios más pesados. “Los norteamericanos detectan una pelota de golf a 200 millas, ¿cómo no iban a ver los vuelos que caían en Guatemala todas las semanas?”, ironiza. “Yo nunca conocí un narco allá. A mí me usaron porque era extranjero y tenía plata”.

Machado dice que su vida en Guatemala era la de un empresario común: “Creé una empresa llamada Argentina Los Alpes, daba trabajo a más de 15 mil personas. Me inventaron un prontuario. Hasta me acusaron por una avioneta que solo usábamos para trasladar empleados. Se rompió al aterrizar, la arreglamos y siguió. Jamás encontraron droga ni nada ilegal”.

“Esto fue una tortura”

El tono de la conversación sube cuando recuerda su trato con los agentes estadounidenses. “Fue una tortura. Me tuvieron cinco meses dando vueltas. Querían que delatara a mis inversores, y no lo hice. Me presionaron, me amenazaron. No soy ningún santo, pero tampoco un delincuente”, afirma.

Y agrega con furia contenida: “Los gringos te pueden meter 30 años preso y después decir ‘nos equivocamos’. Te dan una palmadita y listo. Me destruyeron la vida”.

“El error de Espert fue negarme”

El capítulo político lo deja con una mezcla de decepción y resignación. “El error de Espert fue negarme Si hubiera dicho la verdad -que me conoció, que lo ayudé y que después me metí en problemas- no pasaba nada. Pero prefirió mentir. Hay fotos, vuelos, testigos”, sostiene.

Machado asegura que acompañó a Espert en varios traslados durante 2019, incluso en la camioneta Jeep blindada que usaba para la campaña. “Esa camioneta era de mi primo, Claudio Ciccarelli. Lo del supuesto atentado es falso: pasaron por la Villa 31 y le tiraron dos piedras. No hubo tiros ni nada raro”, aclara.

“No soy narco”

Cerca del final, su voz se apaga. “Me cortaron las piernas”, dice, citando a Diego Maradona. “No me defendió nadie, todos me soltaron la mano”. Entre silencios, reconoce haber cometido errores financieros: “Eran siete u ocho inversores, no dos mil. Usé mal los fondos, pero no hice nada ilegal”.

Y lanza su última frase, que resume toda su historia: “Me convirtieron en radiactivo. Me usaron, me negaron y me dejaron solo. Pero no soy narco. Soy un tipo que se equivocó”.

 

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