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La CGT va en busca de una unidad "real" y de la elaboración de una agenda legislativa propia para negociar con el Gobierno la reforma laboral, después de haber consagrado un nuevo triunvirato de conducción.
A tres días de la elección de Jorge Sola, Octavio Argüello y Cristian Jerónimo como nuevos cosecretarios generales, en un trabajoso acuerdo que volvió a priorizar la unidad por sobre las diferencias, la central obrera trabaja en una agenda parlamentaria que pueda servir de "dique de contención" ante la avanzada oficial, de la que en el sindicalismo aún no tiene ningún detalle.
Eso es lo que reclama, al menos, un sector importante dentro de la organización, que pide tener como "factor convocante" un "programa" y una "agenda clara que hoy demanda el mundo laboral, los trabajadores y la sociedad".
"Se logró una lista única, pero ahora tenemos que trabajar internamente bajo la autocrítica para materializar la unidad real, que no está todavía", admitió un pope de la central.
Con la elección del nuevo triunvirato la convivencia quedó garantizada, más allá de los fuegos de artificio de la UTA, La Fraternidad y Gastronómicos, entre otros gremios, que pidieron sin éxito volver a la forma de conducción del unicato, con un único secretario general.
El horizonte común en el sindicalismo es, de todos modos, el rechazo de plano a cualquier innovación en el esquema del trabajo formal que implique pérdida de derechos. "Nos vamos a plantar ante cualquier cuestión que signifique un retroceso, como el aumento de la jornada laboral, y vamos a responder a la altura de la CGT", señaló Jéronimo.
En la CGT observan que mientras en el mundo se está hablando de reducir la jornada laboral, "acá hablan de aumentarla a 12 horas", y dicen además ver "desorientación" y "títulos mediáticos" en el Gobierno.