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Las ventas de juguetes durante la última campaña navideña registraron una caída del 6,9% en unidades a nivel nacional, en un contexto marcado por un consumo más cauteloso, presupuestos familiares ajustados y decisiones de compra cada vez más racionales. Así lo informó la Cámara Argentina de la Industria del Juguete, que advirtió además sobre el avance de ofertas informales y productos fuera de norma.
Según el relevamiento del sector, diciembre mostró un desempeño mejor al esperado en comparación con noviembre, aunque no logró revertir las fuertes bajas acumuladas durante el resto del año. Las promociones, los descuentos y las opciones de financiamiento resultaron claves para sostener parte de la demanda, especialmente en las compras de último momento previas a Nochebuena.
En ese escenario, el mercado evidenció dos realidades bien diferenciadas. Por un lado, el juguete de producción nacional logró una performance relativamente mejor, con precios más estables y una relación precio-calidad acorde al poder adquisitivo actual. Por otro, la oferta importada mostró un desempeño negativo, con valores desalineados, fuerte dispersión de precios y, en algunos casos, problemas de calidad y seguridad.
Desde el sector alertaron que la caída de ventas formales también favorece la circulación de productos no regulados, muchos de ellos sin certificaciones de seguridad y con contenidos inapropiados para el público infantil. La advertencia cobra relevancia en un contexto donde las familias priorizan el precio por sobre otros factores al momento de elegir un juguete.
De cara a Reyes Magos, la industria mantiene expectativas moderadas y refuerza el llamado a consumir en comercios habilitados, donde los productos cuentan con controles y certificaciones oficiales. En un mercado en retracción, la seguridad y la calidad aparecen como ejes centrales para sostener la confianza de los consumidores y proteger a niñas y niños.