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El ministro de Justicia Mariano Cúneo Libarona quedó en el centro de la tormenta tras la difusión de un video en el que promete respaldo político, mediático y judicial al polémico exagente estadounidense Tim Ballard.
La reunión que fue grabada con una cámara oculta tuvo lugar en Nueva York. En el video, Cúneo Libarona promete "cambiar ese malentendido" sobre la imagen de Ballard en la Argentina y le ofrece "hablar con Rolando", en aparente referencia al periodista Rolando Graña, para "armarle algo lindo" en los medios. Pero lo más grave llega cuando el ministro asegura que puede facilitarle contactos con jueces, legisladores e incluso revisar una ley "antes de enviarla al Congreso", presuntamente en su beneficio personal.
La revelación generó una oleada de reacciones políticas. Desde la oposición, varios dirigentes exigieron la renuncia inmediata del ministro por considerar que su conducta configura tráfico de influencias, vulnera la Ley de Ética Pública y representa una gestión ilegal de intereses de un particular extranjero.
El diputado nacional Esteban Paulón fue uno de los primeros en expresarse: "Cúneo Libarona debe cesar en su cargo urgentemente. No tiene aptitud ni integridad. Si Milei no le pide la renuncia, deberá enfrentar el juicio político".
También se pronunció la diputada socialista Mónica Fein, quien calificó al ministro como "corrupto". En tanto, Maximiliano Ferraro, de la CC, fue aún más categórico: "Le ofreció una ley penal a medida, respaldo mediático y contactos políticos a alguien acusado de abuso sexual, trata de personas y fraude. Es un escándalo que exhibe tráfico de influencias, violación de la Ley de Ética Pública y gestión ilegal de intereses".
Ferraro también repasó el historial del ministro, al que vinculó con causas judiciales sensibles y polémicas defensas: "Tiene un prontuario que lo inhabilita moral y políticamente para cualquier función pública: fue detenido por encubrimiento en la causa AMIA, defendió a (José) Alperovich en un caso de abuso sexual, representó a empresarios imputados en la causa Cuadernos y en la tragedia de Time Warp, y promovió discursos misóginos y homofóbicos".
"Este es un gobierno reñido permanentemente con la ética e integridad pública. No entienden los límites ni las restricciones que tienen como funcionarios públicos", concluyó Ferraro.
Mientras crecen las críticas y la presión política, desde la Casa Rosada aún no hubo declaraciones oficiales. Sin embargo, la oposición ya coordina acciones para avanzar con un pedido formal de juicio político si no se concreta la renuncia. El escándalo golpea de lleno al corazón del discurso oficialista, que prometía combatir a "la casta" y erradicar la corrupción de la función pública.