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Un curioso y polémico incidente ocurrió en el barrio porteño de San Telmo, en pleno centro de la disputa política que se vive en el país. En la esquina de San José y Humberto 1°, donde militantes kirchneristas se encontraban realizando una vigilia en apoyo a Cristina Fernández de Kirchner, se escucharon a todo volumen los discursos de Javier Milei, el actual presidente, desde un edificio cercano. La provocación no tardó en generar un fuerte cruce entre los manifestantes y el vecino responsable del hecho.
Según detallaron testigos presenciales, cerca de 50 personas se encontraban concentradas en las inmediaciones de la casa de la expresidenta, quien cumple prisión domiciliaria desde hace semanas. La aparición del sonido de un parlante amplificando las palabras de Milei, que defendía su política y visión del país, fue suficiente para desatar una serie de agresiones verbales y excesos emocionales de parte de los manifestantes kirchneristas.
El malestar no tardó en convertirse en insultos directos hacia el vecino, que fue identificado como responsable de la provocación auditiva. Con el fin de calmar los ánimos y evitar que el enfrentamiento pasara a mayores, personal de la Policía de la Ciudad acudió al lugar. Los uniformados lograron frenar la escalada de la tensión y comenzaron una comunicación con el magistrado de turno, quien, en consenso con las autoridades, decidió labrar un expediente de constancia sobre los hechos ocurridos.
Según fuentes oficiales, el incidente no pasó a mayores y fue rápidamente controlado. No obstante, quedó marcado como un nuevo episodio de tensión entre los sectores políticos más enfrentados del país, que siguen utilizando la vigilia frente al domicilio de la exmandataria como un espacio de visibilidad para sus posturas y opiniones.
Un gesto de provocación o una mera coincidencia, lo cierto es que este tipo de hechos demuestran cómo la polarización política sigue permeando incluso en los momentos más cotidianos y personales de la vida pública. Sin duda, la casa de Cristina en San Telmo continúa siendo el epicentro de uno de los conflictos políticos más relevantes, y cualquier acción, por mínima que sea, parece convertirse en un hilo conductor para la confrontación entre las distintas facciones del espectro político argentino.
Este episodio, por supuesto, no hizo más que agravar las tensiones entre los grupos kirchneristas y los seguidores del presidente Javier Milei, que a pesar de la calma que se logró rápidamente, dejó en evidencia lo profundo de la grieta que atraviesa al país.