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Juan Román Riquelme y Juan Sebastián Verón, dos jugadores emblemas del fútbol argentino, integraron el equipo titular en la práctica que ayer marcó el inicio del ciclo del entrenador Alejandro Sabella al frente del seleccionado nacional en el predio de la AFA en Ezeiza.
Los primeros 45 minutos de fútbol de Sabella al mando del equipo nacional mostraron en el 11 titular a Agustín Orión (Boca); Iván Pillud (Racing), Sebastián Domínguez (Vélez), Leandro Desábato (Estudiantes) y Emiliano Papa (Vélez); Verón (Estudiantes), Héctor Canteros (Vélez) y Cristian Chávez (Boca); Riquelme (Boca); Juan Manuel Martínez (Vélez) y Mauro Boselli (Estudiantes). Pero más allá de los nombres de los futbolistas, el dato saliente fue que el técnico utilizó por primera vez en su carrera el esquema 4-3-1-2.
La presencia de Riquelme “obligó” al DT a dejar el clásico 4-4-2 con el que ganó todo en Estudiantes de La Plata. Posiblemente, con este dibujo téctico y estos jugadores se mida con Brasil, el 14 y 28 de septiembre próximo en Córdoba y Belén, respectivamente.
El otro equipo estuvo conformado con dos laterales juveniles más Marcelo Barovero (Vélez); Cristian Cellay (Estudiantes) y Jonathan Bottinelli (San Lorenzo); Augusto Fernández (Vélez), Agustín Pelletieri (Racing) y Lucas Castro (Racing); Gastón Fernández (Estudiantes); Gabriel Hauche (Racing) y Emanuel Gigliotti (San Lorenzo).
Si bien la prensa no pudo presenciar la práctica, se supo que Sabella estuvo “muy activo” y que interrumpió el partido en 7 u 8 ocasiones para dar indicaciones.
Previo al ensayo futbolístico, el entrenador, de 56 años, tuvo una charla de aproximadamente una hora donde no solo se presentó sino que, además, dejó en claro lo que pretende de los jugadores en el seleccionado.
Así fue el primer día de trabajo de Sabella al frente del equipo nacional, con dos históricos como Riquelme (33) y Verón (36) -quienes hablaron entre ellos antes, durante y después de la práctica, pero que no lo hicieron con la prensa-, y con la presencia de Carlos Bilardo, quien estuvo al costado del campo de juego observando, pero sin emitir opinión.