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Seis palabras fueron suficientes: “Pese a todo te sigo extrañando‘” decía el mensaje de texto que habría provocado que la única imputada por el crimen de Carlos Soria reventara de celos. Con esa frase confirmaba la sospecha que la perseguía desde hacía meses: su esposo tenía una amante. La pesadilla que no la dejaba dormir tenía nombre, apellido y encima era unos 22 años menor que ella.
Susana Freydoz, la viuda del exgobernador de Río Negro, comenzó a ser enjuiciada ayer por haber matado a su marido de un tiro en la cara en la madrugada del 1 de enero de este año. La mujer de 61 años, acusada de homicidio calificado por el vínculo, sólo podría evitar la cadena perpetua o atenuarla si sus abogados logran demostrar que padece un trastorno psiquiátrico. De hecho, nunca estuvo presa: hace unos nueve está internada en una clínica.
Según los cuatro hijos del matrimonio y algunas amigas de Freydoz, el mensaje de texto que la mujer leyó en el teléfono de su pareja habría sido el detonante del caso. Pese a que sus allegadas le recomendaran que se separara, para la primera dama provincial esa no era una opción. Aseguraba que no iba a entregarle su marido a una “chirusa”.
Sin embargo, este episodio no fue el primero por el que atravesaban. Antes ya Susana renegaba de las salidas de Soria y lo perseguía por la ciudad para ver con quién se movía o si salía acompañado de la municipalidad cuando era intendente.
Fuente: Todo Noticias (TN)