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23 de Julio,  Salta, Centro, Argentina
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El mensaje de paz llegó a través de la ovalada

Viernes, 23 de noviembre de 2012 23:49
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Judíos, palestinos, musulmanes, católicos y ateos dejaron de lado sus diferencias y ayer se volcaron a dos causas comunes: la paz y el rugby. El partido por la paz que propuso la ONG Rugby Sin Fronteras se realizó ayer en la escuela Keshet, del barrio Katamon, en Jerusalén.

Entre ellos estuvo el salteño Juan Pablo Filtrín, uno de los nueve argentinos que desafiaron el clima bélico y apostaron por la paz través del rugby.

Donde hace casi 70 años están en guerra, donde hace 10 días se desató una escalada de violencia que hacía más de 20 años que no ocurría, allí fue donde estos argentinos decidieron disputar este encuentro. En ese lugar se juntaron chicos palestinos (autorizados especialmente gracias a una gestión del Centro Peres por la Paz) y chicos israelíes, a compartir un día de amor, de diversión, de paz, con la excusa de una pelota que nunca habían visto en su vida.

Convivieron durante seis horas, junto a los miembros de Rugby Sin Fronteras (“Pocho” Filtrin, Martín Chieli, Gerardo Carro, Ricardo Villar, Gonzalo Prados, Gerardo Merello y Gisella Busamiche) jugando un partido simbólico y terminaron empujando todos juntos abrazados y para el mismo lado. Los argentinos junto a los niños palestinos e israelíes realizaron un scrum gigante, bajo un cartel con el refrán “Empujamos por la paz”, escrito en cuatro idiomas (hebreo, árabe, inglés y español).

La delegación argentina convivió en los días previos con el miedo por las constantes amenazas de bombas, el ulular de las sirenas y las imágenes desgarradoras de quienes habían perdido todo a causa de la enemistad entre Israel y Hamas.

Con la tregua generada el miércoles pasado se dio lugar a la esperanza que terminó haciéndose realidad ayer con el encuentro que se venía programando desde mitad de temporada.

“En un clima de muchísima emoción, ya que 48 horas antes ninguno por estos lados dormía tranquilo y las mañanas se teñían de fotos escalofriantes, en el día de hoy (por ayer) se vieron muchísimas lágrimas, pero generadas por sentimientos distintos, ya que las lágrimas de emoción, de alegría, de felicidad, no son iguales a las de dolor, angustia, impotencia y odio”, señaló la fundación Rugby Sin Fronteras a través de un comunicado de prensa.

Romper las barreras

“Todo finalizó como se esperaba con una gran participación de chicos palestinos (quienes tuvieron que pedir permiso en la salida de sus campos de refugiados) e israelíes en Tierra Santa”, relató Filtrin a El Tribuno, tras el encuentro por la paz en Jerusalén.
“Ver a esos niños felices jugando sin importar la religión ni su lugar de origen fue una sensación fuerte y linda. Una vez más el deporte rompió las barreras que el hombre impone. No podemos hablar de la cantidad de gente que empujó en este scrum, porque estoy seguro que desde mi Orán querido, todos desde su corazón estuvieron presentes empujando por la paz”, agregó el salteño.

Se suma un nuevo logro

La Fundación Rugby Sin Fronteras, desde su creación en 2009, ha realizado dos encuentros en las islas Malvinas entre soldados argentinos, kelpers y militares ingleses. El próximo 8 de diciembre llevarán a cabo el tercer encuentro en las islas.
También estuvo en el Valle de las Lágrimas, en la cordillera de Los Andes, donde homenajearon a los sobrevivientes y víctimas del accidente aéreo que protagonizó el equipo uruguayo Old Christian‘s (octubre de 1972) y en Robben Island, la prisión donde el ex presidente de Sudáfrica y Premio Nobel de la Paz, Nelson Mandela, permaneció recluido durante 18 años en tiempos del Apartheid.
Ahora se suma el partido entre israelíes y palestinos en Jerusalén.
 

 

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