¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

Su sesión ha expirado

Iniciar sesión
11°
28 de Junio,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

?Tengo miedo de que mi exnovio me mate?

Martes, 06 de noviembre de 2012 22:35
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Una adolescente de 15 años vive un verdadero calvario, víctima de violencia familiar, por lo cual ella y su madre, Mirta Galarza (45), piden ayuda desesperadamente. Ambas residen en el barrio Limache, en la zona sur de la capital salteña.

La joven teme por su vida y también por la de su pequeño hijo, de un año y cuatro meses, fruto de la relación con su exnovio, de 18 años.

“Ese muchacho, Horacio Fabián Ochoa, quien vive en la etapa 1, la persigue donde sea que vaya para golpearla. Cuando ella sale todos los días a las 8 para ir al colegio secundario Juan Carlos Saravia y en el camino de regreso a las 13, él la espera al frente del establecimiento, en la plaza, o en alguna esquina. La maltrata y la agrede física y psicológicamente. Siempre le hace escenas enfermizas de celos y le grita "si no venís conmigo o andás con otro te voy a matar”, se lamentó Galarza, empleada administrativa de un hospital y quien ya radicó once denuncias en la comisaría de la barriada. Pero la situación es cada vez más grave. “Fueron novios desde enero de 2009 hasta hace cinco meses, cuando mi hija decidió terminar la relación por los golpes que él le daba. Al principio él era bueno, pero después empezó a ser agresivo. La primera vez que le pegó estaba borracho. Mi hija venía de la casa de su tía y no quería verlo así, pero él la agarró y le pegó una piña en la boca”, dijo la mujer.

El último episodio de violencia ocurrió el lunes pasado, a pesar de que el agresor tiene una restricción de no acercamiento a menos de 200 metros, desde hace dos meses. “El la esperó a la salida de la escuela, entonces ella salió corriendo y él le dio un golpe con la mano abierta en la cara. Ella intentó hablar a la Policía pero él le rompió la mochila y le sacó el celular. A las 16.30, él vino a casa con el pretexto de que quería ver a su hijo. Se metió por la fuerza pensando que yo no estaba, pero yo había vuelto temprano del trabajo. Agarró del cabello a mi hija, ella gritó y yo salí para defenderla, entonces saltó el balcón y se fue corriendo. Dejó su bicicleta tirada. Yo lo perseguí descalza y forcejeamos, me rasguñó el cuello y parte del pecho. También me tiró una piedra en los pies. Hasta mi nieto le tiene miedo porque cada vez que lo ve, le agarra fiebre”, sostuvo Galarza.

“Una vez yo llegué de trabajar y la encontré desfigurada. El la había golpeado con mucha fuerza, horriblemente. Estaba toda verde. Durante esa semana ella no fue a la escuela y yo tampoco pude ir a trabajar”, añadió.

En tanto, la joven víctima expresó: “Quería tenerme encerrada. No quería que salga a ningún lado, ni que tuviera amigas. Tengo miedo de que me mate. Estoy traumada. Me dijo el lunes que me iba a asesinar a mí y a mi hijo. Una vez me dijo que me iba a pegar un tiro con la pistola que tiene, que iba a conseguir balas. También me mostró un cuchillo. Yo solo quiero terminar bien el colegio este año y que él no me moleste, que me deje vivir en paz”, sollozó la menor.

Nada parece importarle al agresor
 
Por el caso de violencia familiar y de género existe un expediente en el Juzgado de Personas y Familia 5, a cargo de Adriana Martorell, con al menos 25 fojas por las denuncias de agresiones, amenazas y desobediencia judicial radicadas en la subcomisaría de Limache, como así también en la Oficina de Violencia Familiar (OVIF). El juzgado resolvió, semanas atrás, intimar a Horacio Fabián Ochoa a que se abstenga de ejercer actos de violencia contra la denunciante y su hijo, mantener una distancia de 200 metros del domicilio de las mismas y establecer rondas policiales periódicas diarias. “En caso de reiteración de hechos se procederá a adoptar otras medidas en resguardo de las víctimas”, dice el expediente. Ochoa estuvo detenido en tres ocasiones, pero solo algunas horas. Las víctimas solo tuvieron custodia por 10 días. Al agresor nada parece importarle la decisión de la Justicia, puesto que ayer por la mañana se encontraba merodeando la vivienda de las denunciantes y el colegio al que asiste la madre de su nene. “Siempre que se acerca a mi hija, llamo a la Policía, pero él sale corriendo y nunca lo encuentran”, aseguró Mirta Galarza. “La Policía dice que llamemos si pasa algo, que sabrán quién es el culpable, pero ¿tiene que pasar algo grave para que realmente tomen cartas en el asunto?”, se quejó la mujer. “Le pido a Ochoa que deje en paz a mi hija. Hasta pensamos en irnos del barrio. Tengo miedo de que la agarre y la mate. Cuando llego del trabajo a casa nunca sé con que cuadro puedo encontrarme. No sé qué hacer o dónde más acudir”, finalizó Galarza. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Temas de la nota

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD