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Llegó como bombero de lujo para apagar el incendio en Godoy Cruz pero poco pudo hacer. Martín Palermo debutó como entrenador del tomba con un pobre empate. Si bien apenas lleva unos pocos días a cargo del plantel mendocino, tampoco hubo una respuesta anímica. El equipo del exgoleador de Boca jugó discretamente, como lo venía haciendo antes de la partida de Omar Asad y rescató un tímido 0 a 0 con Quilmes.
Mucho deberá trabajar el Titán, refuerzos incluidos, para sacar del letargo futbolero al bodeguero, que es muy previsible en ataque. Así, no fue sorpresa que tuviera sólo dos chances reales de gol en la primera etapa, primero con un cabezazo fallido de Obolo y luego con un zurdazo que tapó Trípodi.
El segundo tiempo fue aún más flojo, sin llegadas claras, sólo aproximaciones, como un tiro de media distancia de Leonel Ríos que detuvo cómodo Trípodi.
Quilmes vino a Mendoza con el objetivo de no perder y, si el local se equivocaba, dar un golpe pero lo dejó muy solo arriba a Martín Cauteruccio y, además, el fondo mendocino no se equivocó en pelotas fáciles.
La resultante de esta discreta producción de ambos fue un 0 a 0 redondo, que no sorprendió en la medida que la emotividad del juego se fue diluyendo con el correr de los minutos.
En la próxima fecha, última del torneo Inicial, el Loco Palermo visitará con su flamante equipo La Bombonera, uno de sus grandes amores, para medirse con Boca.
Optimista como siempre
A pesar del 0 a 0, el flamante DT de Godoy Cruz, Martín Palermo, destacó “la muy buena respuesta de los jugadores a lo largo de todo el partido. Tuvieron la predisposición y el orden que pretendíamos”.
Palermo reconoció que vivió “el partido con mucho nerviosismo y adrenalina”, y que se sintió extraño afuera de la cancha. “Podríamos haber ganador por lo que busco el equipo, ellos casi no llegaron. Pero estoy conforme por el esfuerzo de todos”, analizó. En cuanto al partido con Boca del próximo fin de semana, dijo: “Va a ser muy especial, pero lo tengo que tomar con tranquilidad”.