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Recordando al maestro Nelson Constante Montero

Viernes, 14 de diciembre de 2012 23:10
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La música está de duelo. Nelson Constante Montero, que había cumplido el 18 de octubre pasado 82 años, partió rumbo a la eternidad el 15 de noviembre. Junto a él y a otros integrantes de las orquestas hemos convivido horas y días plenos de sincera amistad.

Recordamos por ejemplo las orquestas que tenía la desaparecida L.V.9 Radio General Gemes de Salta, que acompañaba a los artistas de Buenos Aires que venían a Salta y se transmitía desde los balcones de Dean Funes 28. O el trío Tiempos Viejos (bien tanguero), el Conjunto Juvenil de Cámara, el conjunto Orquestal Sinfónico -más tarde convertido en Orquesta Sinfo-filarmónica de Salta, que venía a ser como la orquesta oficial.

Luego lo vimos por la Orquesta Municipal de Cámara que dirigía el Maestro Jose Alberto Sutti, y más tarde también en la Orquesta Estable de la Provincia que dirigió hasta que fuera disuelta, su hermano el maestro Antonio Montero. Y por supuesto lo que fuera su trabajo oficial como clarinetista o saxofonista de la Banda de Música de la Policía.

Fue uno de los fundadores de la Escuela Superior de Música de la Provincia junto a otros distinguidos colegas, y creó la Orquesta del Círculo Mágico Argentino para acompañar los espectáculos de la institución.

Tantos años de labor musical como músico, director y docente, determinan una pérdida irreparable. Es que Nelson Montero tenía una musicalidad innata y el don de la sonrisa rápida. El afecto de su mirada era la nota determinante de su presencia.

Su vida fue compromiso permanente con su vocación musical que transmitió a sus alumnos y compartió con sus colegas con inmensa generosidad.

La muerte le llegó sin darle tiempo a despedirse de sus hermanos, hijos, nietos y amigos y sin haber recibido el reconocimiento público por su mérito artístico.

Como dijo el gran dramaturgo, Alejandro Casona, “los árboles mueren de pie”. Pero hay sombras que tienen luz y palabras, gestos y oídos que siguen escuchando su música, porque inexorablemente el concierto debe continuar.

Eduardo Subirana Farré

Ciudad

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