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El Gobierno uruguayo aclaró ayer que mantiene la idea de legalizar la compraventa de marihuana y hacer del Estado su único gestor, pero solicitó apoyo popular a la iniciativa, después de que el presidente José Mujica frenara el proyecto oficialista de despenalización en el Parlamento.
La propuesta “no fue retirada y sigue arriba de la mesa, frenar no quiere decir retirar”; lo que pidió el presidente fue que “no se vote ahora” en el Legislativo, explicó ayer el secretario general de la Junta Nacional de Drogas, Julio Calzada.
Mujica, que el pasado junio lanzó la idea de legalizar la marihuana como forma de combatir el narcotráfico, reconoció en la víspera haber pedido a los legisladores de su partido que “frenen” el trámite parlamentario del proyecto de ley gubernamental, porque la sociedad aún “no está madura”. Antes se conoció una encuesta según la cual el 64 % de los uruguayos está en contra del proyecto, incluyendo el 53 % de los votantes de la gobernante coalición de izquierda Frente Amplio (FA). El jefe de Estado uruguayo "transmitió la necesidad” de “explicar bien” la iniciativa con el objetivo de “convencer a la gente”, agregó. Mujica transmitió a los legisladores oficialistas su deseo de que “no se haga uso” de una “mayoría circunstancial” sino que se dé “un debate amplio a todos los niveles”. El FA tiene mayoría tanto en al Cámara de Diputados, donde actualmente se analiza el proyecto de ley, como en el Senado, donde será enviado posteriormente, pero la legalización de la marihuana genera polémica y divide a los partidos con representación parlamentaria.