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En medio de una marcada expectativa, nuevamente, en otro duelo esperadísimo y de alto voltaje que cerrará el año futbolístico, estarán hoy, desde las 19, frente a frente Juventud Antoniana y Central Norte en el estadio Padre Martearena, donde se vivirá otra edición del superclásico del fútbol salteño.
Santos y cuervos se volverán a ver las caras para cerrar un semestre lleno de vaivenes, de cuentas sin saldar y con altibajos al por mayor, y con la misma necesidad: sumar los tres puntos para encarar con mayor tranquilidad el receso de vacaciones y luego volver a pensar en la reanudación del campeonato. Ni azabaches ni antonianos lograron satisfacer las demandas de sus hinchas en lo que va de la competencia. Y esa es la principal materia de diciembre por regularizar para los dos.
El de hoy será uno de esos enfrentamientos que a cada jugador le pone la piel de gallina, por todo lo que genera durante la semana y por cómo lo refleja el hincha en las tribunas.
El equipo antoniano llega a esta presentación con la urgencia de recuperar la sonrisa con un triunfo; porque, si bien el jueves pasado recobró la memoria para ganarle a Central Córdoba por la Copa Argentina, hace tres partidos que no puede gritar una victoria por el Argentino A. Y la oportunidad se presenta propicia para empezar a levantar cabeza, reivindicarse con su gente y tomarse revancha por aquella goleada por 3 a 0 en contra que sufriera frente a su eterno rival durante la primera rueda.
Desde el lado azabache, con el cambio de timón que se produjo con el arribo de Omar Jorge para reemplazar a Hubert Piozzi, el mejor espaldarazo lo recibió con el éxito que alcanzó cuando eliminó a Gimnasia y Tiro el miércoles pasado por la Copa Argentina, con un resultado a favor por la mínima (1 a 0). Para Central este envión fue muy importante, fortaleciendo al grupo y a los que saltarán al campo de juego dispuestos a doblegar a un contrincante al que se lo debe vencer a como dé lugar.
En estos momentos, ninguno está en condiciones de regalar nada. Máxime, cuando a Juventud se le está escapando la clasificación. Aún el equipo de Delfino se encuentra en esa línea de los seis primeros que inscribirán sus nombres a la siguiente instancia de la competencia. Por eso, el entrenador se mostró cauto cuando empezó a dar forma a la alineación titular. Incluso, se manejó con el ya clásico misterio, a tal punto que el trabajo de ayer lo realizó a puertas cerradas.
En cambio, Omar Jorge buscó quitarle la presión a sus jugadores y se manejó dentro de un clima más distendido. Eso sí, el DT también considera que la mayor obligación se trasladará a sus dirigidos en el instante de que la pelota comience a rodar ante la orden del árbitro Gustavo Fabián. Para el cuervo, lo que está en juego tiene mucho valor. Se acostumbró a regocijarse con los últimos triunfos que obtuvo ante el antoniano en los últimos dos años. Y esta noche no querrá romper la regla que hasta el día de hoy lo favorece.