¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

Su sesión ha expirado

Iniciar sesión
10°
15 de Julio,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Con convicción y más concentración

Domingo, 09 de diciembre de 2012 23:52
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Mario Campos, Iván Delfino, Leonardo Silveira y Omar Jorge. En ellos, protagonistas del gran clásico salteño, se encuentran las razones de la nueva victoria del cuervo.

Los técnicos terminaron de pie, en el límite del corralito, pero solo uno desató el festejo con los brazos en alto, abrazado a los suplentes y allegador del cuerpo técnico. Ese es Omar Jorge, que a su equipo le imprimió más orden.

En cambio, Iván Delfino tuvo un cierre de clásico a puro manotazos, casi desesperado, porque Juventud dejaba escapar una nueva chance de ganarle a su viejo rival. Encima, le pifió con el cambio de Dómene por Silveira, cuando este juvenil era el jugador más claro de su equipo, el que más intentó poner la pelota en el piso y buscar el arco de Maino.

Claro, pero la derrota del santo no pasa solo por la decisión del DT. El no tuvo nada que ver en ese último centro del partido, cuando Mario Campos cabeceó solo, sin marcas, con mayor concentración y convicción que el resto.

El clásico fue apático, por momentos intenso, pero de bajo de nivel futbolístico. En el primer tiempo, todo fue parejo. Los esquemas tácticos propuestos por los técnicos no hicieron más que emparejar las fuerzas, hicieron equilibrar la disputa por el balón, la presión y la posesión.

Se jugó con lealtad, sin piernas fuertes. No hubo una figura excluyente en esa primera mitad del juego. Juventud fue peligroso cuando Silveira tomó la pelota y Central, con algunos estiletazos de Weiner.

En materia de actitud, también fue empate. En el santo quedó más que claro que los chicos del club sienten estos partidos mucho más que los de afuera. Pero eso sí, en situaciones claras para marcar, Central sacó una leve ventaja: 5 a 3 en el balance final.

Un cabezazo de Armella, sin marca y que Pedroso la mandó al córner (16 min PT); un remate de Noir interceptado a tiempo por los hombes antonianos en un arco casi desguarnecido (Pedroso había salido lejos a atorar a Giménez en la jugada previa); un remate de Oga (ya en el complemento) y ese cabezazo letal de Mario Campos.

Central, desde lo matemático, refleja esa intención que quedó impregnada en el Martearena, de querer ganar el clásico sí o sí.

Juventud hizo muy poco en ataque en la primera etapa y, en este sentido, mejoró en el complemento: tuvo las dos primeras y mejores oportunidades para abrir el marcador pero Badaracco desperdició una; tras ser habilitado por un compañero, llegó solo hasta Maino y la tiró apenas desviada; después, José Tabárez le reventó la manos al arquero cuervo con un potente remate.

¿Qué más tuvo este clásico? Un tipo peleador como Germán Noce. Su fuerte personalidad y su empeño por hacer sentir el rigor de la marca le valieron una expulsión. Y siguiendo con el santo, Silveira demostró que puede ser el conductor del equipo, lo estaba haciendo hasta que Delfino lo sacó porque, supuestamente, estaba cansado.

 

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD