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Repudiamos la actitud de la señora intendente municipal de Rosario de la Frontera, doña Rómula Gómez de Montero, de mandar a suspender el tercer día de la Chaya Rosarina y luego enviar patrulleros con el propósito de detener a los chayeros que se sumaron a la caravana.
Señora intendenta, la chaya es una fiesta del pueblo, una fiesta popular en la que la entrada era libre y gratuita y no se vendían bebidas alcohólicas. Solo los organizadores tenían un puesto de venta de gaseosas y harina para cubrir los gastos, ya que usted desde el municipio no colaboró con nada. Señora intendenta basta de persecución, no estamos en la dictadura militar. Usted es la intendenta y la respeto pero no es la dueña del pueblo. Al contrario, tendría que apoyar este evento, que el 19 y 20 de febrero convocó a casi 9 mil personas en la plazoleta Gemes. Como chayero siento verdadera lástima por tanta injusticia de su parte.
Antonio Tello
Rosario de la Frontera