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Las líneas de trenes Mitre y Sarmiento, administradas por la empresa TBA y ahora intervenidas,son dos de los servicios ferroviarios más populosos de la Capital Federal y el conurbano, y entre ambas transportan a unas 400 mil personas por día.
Con sus ramales diésel y eléctricos, el Mitre y el Sarmiento ofrecen alrededor de 1.000 servicios por jornada, para unir el norte y el oeste del Conurbano bonaerense con la ciudad de Buenos Aires y trasladar a unos 180 millones de pasajeros por año, según datos de la compañía.
De todos modos, pese a que ambas líneas son administradas por la misma empresa, existen diferencias notables entre la calidad del servicios de una y otra, con mayor confort en el tren Mitre y prestaciones más empobrecidas en el Sarmiento, de acuerdo con las denuncias que manifiestan los usuarios.
El Mitre une Retiro con las estaciones de Tigre, Bartolomé Mitre (en Olivos), José León Suárez, Capilla del Señor (desde Victoria) y Zárate (partiendo desde Villa Ballester), con una extensión de 185 kilómetros.
En tanto, el Sarmiento -enlutado por estos días después de la tragedia del miércoles pasado, en la que perdieron la vida 51 personas- parte desde Once y llega hasta Moreno, con conexiones a Lobos (desde Merlo) y Mercedes (desde Moreno).
También ofrece un servicio ‘diferencial‘ desde Castelar hasta el coqueto barrio de Puerto Madero.
Con una longitud total de 193 kilómetros, la línea Sarmiento entrelaza a 40 estaciones (frente a 57 del Mitre) y sus trenes en el ramal Plaza Once-Moreno (eléctrico) transportan a unas 2.600 personas cada uno en horario pico.
El material rodante de ambas líneas se compone por más de 470 coches eléctricos, de los cuales únicamente 70 cuentan con aire acondicionado y apenas cuatro son de doble piso, más una flota de poco más de 70 coches remolcados y unas 40 locomotoras, la mayoría
de origen español.
La intervención del Estado a la empresa TBA (Trenes de Buenos Aires) por un lapso inicial de 15 días se produce después de que la firma se convirtiera una vez más en blanco de duras críticas de parte de usuarios tras el accidente de la semana pasada en Once, con un saldo de 51 muertos y más de 700 heridos.
Un similar vendaval de cuestionamientos había sacudido a la compañía concesionaria del Sarmiento en septiembre pasado, luego de que 11 personas murieran cuando un tren chocó en la estación de Flores a un colectivo de la línea 62 que intentaba cruzar las vías con la barrera a 45 grados.
En ese momento, los usuarios también descargaron su bronca contra el Gobierno, por los postergados planes de soterramiento del ferrocarril Sarmiento en su recorrido por la Capital Federal con destino al oeste del Conurbano.