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YPF

Al final, Cristina postergó los anuncios sobre trenes e YPF

Viernes, 02 de marzo de 2012 02:40
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El discurso fue planificado en detalle. Se buscó un marco de apoyo unánime, se pensó en la distribución de los invitados y se intentó generar una expectativa desmesurada sobre eventuales anuncios para la Argentina. Cristina quiso en todo momento mostrarse entera, pese a que se quebró en varios pasajes de su alocución, consciente de que pronunciaba el discurso en uno de los momentos más críticos de su gestión.

En ese contexto, y más allá de la comunicación de que se enviarán importantes leyes sociales como las que flexibilizan los trámites de divorcio y de adopción, sorprendió que la jefa de Estado postergue anuncios clave como qué hacer con YPF y qué políticas modificar para paliar la enorme crisis ferroviaria. Una vez más, la expectativa general pareció superar los anuncios concretos en materia de gestión.

La Presidenta, en el discurso más largo que se le recuerde, defendió fuertemente su política para el sector ferroviario a poco más de una semana del peor accidente en las vías de los últimos cuarenta años. Allí, en sintonía con sus palabras del lunes, volvió a mostrar una llamativa falta de autocrítica sobre la ausencia de controles en la actividad.

Fue tan así que Cristina llegó a acusar a la Auditoría General de la Nación de no haber pedido formalmente la rescisión del contrato de TBA, como si eso hiciese falta ante la notoria desinversión que los Cirigliano vienen haciendo, pese a las fortunas recibidas en subsidios estatales. Cristina dejó en claro que, tras la pericia judicial al tren accidentado, avanzará indefectiblemente con la quita de la concesión a la empresa. “No me temblará la mano”, repitió ayer.

Por momentos, el discurso de Cristina parecía el de una presidenta recién asumida en el cargo, y no el de una mandataria que va camino a los nueve años de gobierno. Por qué no se le puso un freno antes a la decreciente producción de crudo que estaba experimentado YPF y cuál fue la colaboración de Enarsa al sistema nacional siguen siendo dos preguntas sin respuesta. Cristina eligió el camino de las responsabilidades empresarias, pero nada dijo de las gubernamentales.

Se da por descontado que en pocos días vendrá un anuncio definitivo sobre YPF, aunque todo indicaba que ese día sería ayer. Ocurre que el kirchnerismo hace del manejo de la opinión pública una cuestión de Estado, y no quiso quemar todas las naves en una sola jornada. Cristina, tal como acostumbra, saldrá a disputar las tapas de los diarios de los próximos días con anuncios esporádicos pero continuos.

En lo que sí hubo anuncios es en relación al conflicto por Malvinas. La decisión de aumentar un vuelo a los dos ya existentes, pero que partan de Buenos Aires y que sean de Aerolíneas Argentinas, tuvo un significado político claro: mostrar que el país no quiere molestar a los isleños y alejar así especulaciones sobre una profundización de las hostilidades. Cristina quiso dejar ese papel al primer ministro británico, a quien volvió a acusar de militarizar las islas.

Lo que dijo y lo que no

En sus tres horas y cuarto de discurso, Cristina habló de los números de la economía, de la relación con el campo, de la asignación por hijo y le dedicó una gran parte de sus palabras a Mauricio Macri. ¿De qué no habló? Cristina no mencionó la inseguridad, los casos de corrupción que afectan a sus funcionarios ni tampoco el polémico Proyecto X. Eso sí: no se olvidó de homenajear nuevamente a su esposo.
 

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