inicia sesión o regístrate.
Desde las ventanas de mi pequeño departamento ubicado en un barrio de Gotemburgo, Suecia, miro lo triste que es esta tarde gris de invierno. La oscuridad, la nieve y el tímido sol le suma una cuota de tristeza y desolación a las tardes de invierno.
De pronto me invaden soles y más soles, con una luminosidad que me llena de alegría, de energía, un verdadero canto a la vida, que me remonta a un país de soles. De soles de invierno, de soles de verano, soles que me transportan a Cachi, a mi niñez. Decir Cachi es decir sol.
En medio de este torbellino de luz veo las siluetas de Machete y Boteto Ruiz de los Llanos, Tito (Penca), a Josito Guanca, a Anakarita Morales, Poroto, al Monito Tolaba, Chichi Aramayo, los hermanos Maita (Patera, Lucio, Ramoncito), también lo veo a Papita Runa (mi hermano Ramoncito), quizás el más pequeño de esta larga lista de nombres que se me entreveran en mis recuerdos.
Siento los silbidos llamando a la cita de la siesta, que es el inicio de las aventuras.
Con el sol de verano, el río era el lugar de la cita. Si los soles eran de invierno, eran las excursiones en busca de las lechiguanas, o las peleas con los guanqueros para arrebatarles sus diminutas tinajas llena de miel.
El río brama como truenos, lanza al aire sus turbulentas aguas rojizas. Ahí está Machete y su ayudante de campo, Tito. Machete observa las embravecidas aguas, intercambia opiniones con Tito y sin más titubeos se arroja. Con más pericia que fuerza, utilizando las fuerzas del torrente hace que las mismas lo conduzcan a la orilla opuesta. Tito busca la orilla salvadora. Los más pequeños superamos nuestros temores y de uno en uno llegamos hasta la orilla opuesta a reunirnos para emprender nuevas aventuras.
Hoy Machete no estará al frente de la pandilla, acaban de informarme que emprendió el Gran Viaje al más allá.
Que Marcelo Ruiz de Llanos descanse en paz, resignación cristiana a su seres queridos y, en silencio, mi oración por el descanso de su alma.
El recuerdo de los soles de su persona y los soles de nuestro Cachi, me ayudarán y serán la ayuda para superar los fríos del invierno de Suecia y de la vida.
José Ricardo Terrés
Gotemburgo, Suecia