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Otra opinión sobre el monumento a Manchalá

Martes, 27 de marzo de 2012 20:23
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Siempre me llamó la atención y disgustó ese monumento que evoca un combate en el monte tucumano en el año 1975.

El ataque con una proporción de fuerzas favorable al ERP fue repelido por un grupo de soldados y suboficiales del Ejército y las crónicas sostienen que hubo comportamientos de valentía de parte de varios conscriptos.
El combate se da en el marco del Operativo Independencia que se realizó en el monte, pero mucho más se operó en los poblados circundantes, en los ingenios, en los gremios y en la universidad. Las torturas eran una práctica habitual; de hecho, la escuela Diego Rojas de Famaillá tiene el lamentable privilegio de haber albergado el primer centro clandestino de detención y torturas de la historia argentina.

En Tucumán, en el año 1975, no hubo una guerra porque uno de los bandos, el ERP, nunca tuvo la menor posibilidad de eliminar militarmente a su oponente, lo cual es una condición básica para que haya guerra. De hecho, la Compañía de Monte del ERP nunca llegó a tener más de 150 combatientes, armados regularmente, enfrentados con una fuerza de tareas con soldados entrenados, equipados y apoyados por artillería, helicópteros, blindados y logística. Tucumán no fue Vietnam. La guerrilla del ERP fue intencionalmente sobredimensionada para justificar la represión que vendría a partir del golpe militar del año siguiente.

Aclaro que no comparto de ninguna manera los objetivos políticos con el ERP, menos aún los medios para alcanzarlos.

Mis respetos a las familias de los soldados que murieron o fueron heridos en el enfrentamiento, pero no quiero para mi ciudad ese monumento ligado a las violaciones a los derechos humanos. En este sentido, aprecio la tarea de los ediles que supieron interpretar el rechazo que nos produce a los salteños este monumento.

Ernesto Martínez
Bº El Huaico
Ciudad

 

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