inicia sesión o regístrate.
Convencidas de que su condición de mujeres no las hace menos que los hombres, Sandra, Claudia, Laura, Blanca y Romina decidieron hace mucho tiempo dedicarse a ámbitos deportivos masculinos por excelencia. Desde el boxeo hasta la dirigencia, pasando por el fútbol, el básquet y el periodismo deportivo, ellas supieron ganarse su lugar en un mundo de hombres. Lejos de un feminismo sin fundamentos, este grupo de mujeres compartió anécdotas y dejó impresa la concepción de lo que sienten. “Siempre entrené a la par de los varones y tuve las mismas exigencias”, destacó Sandra Mamaní, quien porta un apellido que de rings sabe bastante. En una tarde en la que el perfume de mujer se respiraba en el ambiente, cada una dejó en claro que al comienzo nada fue fácil y que el derecho de piso sí se paga. Más aún cuando se trata de demostrar que no se equivocaron al confiar en ellas.
“Una vez un técnico me dijo que iba vestida muy provocativa para los jugadores. Lo único que hice diferente fue no ir de pantalones, sino de pollera larga”, recordó Claudia Corimayo, actual jefa de prensa de club Central Norte. Varios momentos forjaron sus carreras en un ir y venir de experiencias que hoy las hace especiales. “Me siento distinta a las demás, quizá no tan especial, pero sí que soy alguien que abrió caminos”, remarcó Blanca Chacondoor, presidenta del Club Mitre y secretaría de la Liga Salteña de Fútbol. Como si fuera un mismo tapiz, cada historia da forma y color a una imagen netamente deportiva en la que la presencia masculina es mayoritaria pero para nada impone tendencia en estas mujeres. “Amo el fútbol y no tenés que parecerte a un hombre para practicarlo ni dentro ni fuera de una cancha”, resumió Romina Calabrés, destacada jugadora del club Las Panteras.
Con lápiz labial o sin él, pero conscientes de que además de tener la intención de ser jugadora de fútbol. boxeadora, presidenta de un club, periodista deportiva o jugadora de básquet. se necesita amar lo que se hace. Ellas dedican sus días a una actividad que las ubica hoy como exitosas e independientes. “La mujer tiene que saber que no necesita de un hombre para hacer las cosas. Podemos tener un hijo, criarlo y seguir haciendo lo que nos gusta”, dijo Laura Villagrán, jugadora de básquet profesional. “Algunas veces no quieren apostar a nuestras carreras porque dicen que nos podemos embarazar o enamorarnos y dejarlo todo”, dijo una de ellas. Lo real es que Salta cuenta con estas historias y otras tantas de muchas mujeres que hacen del deporte su manera de vivir y amar.