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En España los recortes se están sucediendo uno detrás de otro, lo mismo que los aumentos. Es decir, cada mañana la media de los españoles tiene que ingeniárselas para ajustar un poco más el cinturón.
La última medida de peso que se anunció es el aumento del Metro de Madrid, una de las mejores redes de subterráneos del mundo, la cual orgullosamente también era de las más baratas en comparación con su servicio. Sigue siendo económico al lado de los subterráneos de Londres o Berlín y similares, pero la gente sentirá este incremento de alrededor del 11 por ciento.
Esta medida puede parecer leve al lado de los ajustes en sanidad y educación que anunció Rajoy el pasado lunes, pues estos llegan a unos 10.000 millones de euros, que, sin embargo, todavía no se sabe cómo se aplicarán exactamente. Pero lo cierto es que lo madrileños ven cada vez más difícil el panorama y este incremento no es uno más ya que se trata de su principal medio de transporte. Y no solo aumenta el Metro, también los autobuses y los trenes de corta distancia.
“Es un abuso ya. Incluso no es de ayuda para el desempleado que tiene que salir a buscar trabajo”. Así opina Pedro, un hombre que ya trabaja hace muchos años en Metro Madrid, ayudando y asesorando a sus viajeros. Quien sí defendió la medida, apoyada también por otros españoles es el consejero de Transportes, Pablo Cavero, quien pidió comprensión ya que es un aumento necesario pues “hay prioridades sociales mayores que subvencionar 6 de cada 10 euros” del billete, como la sanidad o la educación.
Según explicó, el sistema de transporte cuesta 2.500 millones de euros y por cada 10 euros de gastos solo hay 4 de ingresos. Por otra parte, habrá reducciones en otros ámbitos y se ampliarán las concesiones de publicidad.
Necesarios o no los aumentos, para Jhoanna Sánchez “lo que pretenden es reajustarnos en un año todo lo que debió hacerse hace mil años”. Hace once que ella vive y trabaja en Madrid y este aumento supera todas sus expectativas: “Es demasiado. Ahora deberé pagar más de cincuenta euros mensuales de abono para moverme solo en el perímetro de la ciudad”. “Vivimos para pagar”, así define la situación en la España actual.
Y quienes dudaban en pasarse a la bicicleta, seguramente ya no lo dudarán mucho más. David Zapata García así lo entendió hace un tiempo y ahora no solo se ahorra el abono mensual de transporte sino que ha descubierto una nueva pasión que no deja de recomendar.
Eso sí, remarca algunas desventajas para la bicicleta en Madrid pues su topografía no es la mejor “hay muchas cuestas y bajadas y tampoco existe una verdadera infraestructura en vías para bicis ya que las que hay son de tipo paseo dominguero”. “Lo positivo -apreció- es que la mentalidad está cambiando respecto a la bici y cada vez se ven más por las calles, con gente de todos los géneros y edades montando una”.
Lo digo o no lo digo
Los eufemismos con los que el Gobierno español anuncia recortes y otras medidas para paliar la crisis son constantes. Pero ayer seguía causando estupor que la presidenta de la comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, siguiese negando que el billete sencillo del Metro fuera a subir, aun cuando horas antes se había anunciado una “modificación tarifaria”.
De alguna manera era cierto, porque se había decidido no aumentar el billete sencillo del metro pues este ya había pasado de 1 a 1,50 euros en agosto pasado, para las Jornadas Mundiales de la Juventud. Pero todo lo demás sí aumentó. Incluso el mismo billete sencillo lo hizo porque ahora, a diferencia de antes, a partir de la quinta estación habrá que pagar diez céntimos por cada una que se recorra (hasta un tope de 2 euros).
Luego están los billetes de diez viajes, los combinados (que pueden utilizarse en diferentes medios de transporte, no solo el metro) y los abonos mensuales diferenciados por zonas. Todos estos subieron, sin excepción y no poco. Y precisamente todos estos son los que más utilizan quienes viven en Madrid.