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Así como se menciona el tambaleante presente de Gimnasia y Tiro, sería de necios soslayar y pasa por alto un aspecto altamente positivo, que empezó a ser tendencia en la última temporada del torneo Argentino B, y que se potenció en inicios de 2012 con el arribo de Víctor Riggio.
Se trata de la beneficiosa apertura hacia aquellos valores de la cantera del club de la Vicente López, aquellos que dejaron de ser promesa y que hoy se convirtieron en una realidad. Desde la victoria sobre Talleres de Córdoba en el Mario Kempes al día de hoy, Riggio les dio rodaje a quienes antes sólo disfrutaban del contacto con la primera en el rol de sparrings: Esteban Burgos, Ivo Cháves, Javier Gallo, Mauricio Hoyos y Santiago López hoy son una realidad.
Y a este energético pelotón de juventud y frescura se le suma Rubén Villareal, el hábil mediocampista de 21 años que tendrá mañana ante Libertad de Sunchales su segunda chance consecutiva. Mambrú, como lo llaman sus compañeros, quiere demostrar que la importancia de un partido clave por la clasificación no le pesa. “Me siento muy cómodo, por la confianza que me brinda el técnico y por la generosidad de mis compañeros. Esta nueva oportunidad es una motivación aún mayor, más por tener que jugar en el momento que Gimnasia necesita de todos y se juega muchas cosas”, expresó el volante, quien luego se refirió a esta nueva oportunidad que tienen los recursos genuinos en el plantel superior. “Con el tano los chicos volvimos a tener un lugar. No puedo darme el lujo de desaprovechar esta confianza. Le demostraré a la gente y a mis compañeros lo útil que soy”, prometió el juvenil.
“El domingo vamos a salir felices del Gigante del Norte. Es difícil el camino que nos queda, pero sabemos que no es imposible. La obligación la tenemos porque estamos vivos. Gimnasia es un grande y el grupo está unido y con mucha confianza. Y no nos importa si Libertad viene con titulares o suplentes, saldremos a ganar igual”, dijo con énfasis Villareal.