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Por Eduardo Antonelli
¿Por qué expropió el Gobierno a YPF? ¿Por qué les quitó a los jubilados sus ahorros? ¿Por qué le arrebató al Banco Central su independencia? ¿Por qué se cerraron las importaciones?. Muchos, algunos militantes de partidos de centro izquierda y sindicalistas no ortodoxos, responderían: “Elemental, por la ideología progresista de los kirchneristas, La Cámpora, etc...”. Error; si la cuestión fuera la ideología, cabría preguntarse dónde estaba esa pretendida ideología progresista en los noventa, cuando los mismos protagonistas aplaudían calurosamente la privatización de YPF, la creación de las AFJP, la Ley de Convertibilidad y todo eso.
La respuesta, por supuesto, es mucho más profana: “el dinero, estúpido”, como respondía Clinton a preguntas similares. Para decirlo de otra forma, las mismas cosas que molestan hoy a la supuesta ideología progresista del grupo, no molestaban durante las otras presidencias simplemente porque la caja aguantaba y ahora no.
Mucho más importante que preguntarse por las “verdaderas motivaciones”, cuestión por completo irrelevante, es interrogarse sobre cómo sigue esto.
Por supuesto, del lado del Gobierno, sigue la “profundización del modelo”, lo que significa que irán por todo, como dice la Presidenta, o por lo que queda del todo. Del lado de la Argentina, la medida, sumada a las ya tomadas, producirá más represalias del mundo, en especial, la muy probable pérdida de algunos mercados de exportación y la profundización del cierre de los mercados de crédito. Esto complicará todavía más el sector externo, o sea, seguirá la escasez de divisas y la fuga de capitales. Por otra parte, el estrangulamiento de importaciones repercutirá fuerte en el PBI, ya que la Argentina nunca las sustituyó verdaderamente sino que en todo caso las reemplazó: heladeras por máquinas para fabricar heladeras, por ejemplo; las importaciones de combustibles, a todo esto, no se sustituirán, como cree La Cámpora y sus economistas estrella, sino que aumentarán, porque YPF, por muy estatal que sea no podrá sacar petróleo de donde no hay, sobre todo a los actuales precios, a menos que se “sustituyan” las actuales retenciones por subsidios, lo que no resuelve nada por supuesto. Ni hablar, claro está, de las otras petroleras, mayoritarias en la producción, que es impensado que inviertan en las actuales condiciones, si es que deciden permanecer en el país.
En resumen, más, o estrictamente, menos, de lo mismo y seguramente más caro, lo que significa que las colas de combustible continuarán e irán en aumento, con más inflación, recesión añadida y también con mayor desempleo.