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En la sesión del Concejo Deliberante de la ciudad de Salta del 14 de marzo pasado, el concejal Ávila presentó un proyecto solicitando al gobierno nacional la demolición del monumento al Combate de Manchala.
Tal como consta en la versión taquigráfica, mocioné que el proyecto en cuestión vuelva a la Comisión de Legislación General (conformada por todos los bloques políticos) para realizar un mayor análisis del tema. Inclusive planteé que se curse invitación a los soldados salteños que participaron en el combate y al artista que ideó el monumento.
De los diecinueve concejales presentes, fuimos sólo tres los que votamos en contra de la aprobación del proyecto. Fueron los concejales Ángela Di Bez, Carlos Zapata y quien suscribe.
La resolución en cuestión sumó tantos repudios que me obliga a realizar la presente aclaración. Sólo quiero destacar que el combate de Manchala ocurrió el 28 de mayo de 1975. Que los soldados no se encontraban allí por voluntad propia. Estaban cumpliendo con el servicio militar obligatorio y, bajo tal circunstancia, enviados por las autoridades peronistas a defender el gobierno constitucional de aquellos que le habían declarado la guerra. Es por eso que el combate de Manchala debe entenderse, también, como una victoria del gobierno peronista contra la subversión.
Me imagino el malestar y bronca de aquellos soldados que pelearon en Manchala al ver que desde el propio Estado se promueve la demolición del monumento que los honra por haber defendido las instituciones de la Patria.
Sólo se puede entender lo sucedido en el Concejo Deliberante como una manifestación más de la obsecuencia de un grupo de personas hacia un discurso del gobierno nacional.
Estoy absolutamente convencido que los habitantes de la ciudad de Salta no nos eligieron para realizar un revisionismo de la historia reciente.
La gente espera que los concejales nos aboquemos a solucionar los problemas que todos tenemos.
Cr. Martín Pérez Estrada
Concejal