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Escribo esta carta para advertir a los usuarios desprevenidos que tengan cuidado al hablar por teléfono, ya sea por celular o fijo, pues “todo lo que digan puede ser usado en su contra”. Y a las pruebas me remito: me enteré de que alguien decidió reírse de varias personas y subió a la red las bromas que realizó. Yo solo di algunos datos poco importantes, pero otros incautos dieron sus direcciones y números telefónicos. Como aún nuestros legisladores están pensando si conviene o no dictar leyes que regulen internet, ningún organismo puede actuar. Y los usuarios estafados se quedan con las ganas de pegarle al ignoto gracioso, ya que ni el Estado, ni nadie le va a hacer pagar el daño que pudiera causar por subir datos privados a la red.
Betty Marcos
Ciudad