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El robo de la mujer más famosa de la historia del arte

Sabado, 28 de abril de 2012 20:51
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El óleo sobre una tabla de álamo de 77 x 53 cm, que fue pintado entre 1503 y 1519 por el genial Leonardo Da Vinci, desapareció como por arte de magia el 21 de agosto de 1911.
¿Cómo podían haberse robado semejante tesoro desde un Museo como el Louvre?, parece increíble, pero era un hecho.
El “golpe” generó una de las investigaciones policiales más importantes de la historia de Europa. Al punto que llegó a caer preso por sospechado hasta el mismísimo Pablo Picasso, de quien se decía tenía la afición de comprar arte robado.

¿Quién fue el audaz?

Sin ningún tipo de tecnología, salvo un trapo blanco y un pequeño martillo, el carpintero Vincenzo Peruggia, extrabajador del Museo del Louvre, ingresó a la sala donde estaba expuesto el óleo de Da Vinci, un lunes, único día que cerraba las puertas la institución para las tareas de reparación y limpieza. Por ese motivo el personal se movía libremente por las salas realizando las tareas pertinentes. Vincenzo, de 30 años, que había trabajado como uno de los encargados de instalar los cristales que protegían las pinturas, ingresó por uno de los laterales del museo. Eran las 7,45 y si bien ya no trabajaba allí, el hecho que estuviera con la bata reglamentaria y su rostro fuera conocido por los guardias y compañeros, no despertó sospechas. El carpintero ingresó al salón Carré y descolgó la Mona Lisa de la pared, con cuidado le quitó el marco y el cristal y tapó el óleo con un trapo blanco, lo puso debajo de su bata y salió del lugar caminando normalmente de manera de no despertar sospechas. Tuvo uno que otro sobresalto, como que la puerta de salida estaba cerrada, pero en un golpe de suerte alguien se la abrió y logró salir.
Rápidamente se introdujo por las callejuelas de París con el cuadro bajo el brazo hasta llegar a su lúgubre departamento donde lo esperaba Eduardo Valfierno, un estafador argentino que lo había animado a cometer el delito.
 

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