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Hace aproximadamente un mes, solicitamos un servicio de turismo privado en la empresa Mares del Sur. El servicio se reducía a 4 pasajeros para hacerlo más personalizado. El destino: Salinas Grandes, a través del camino a San Antonio de los Cobres y con regreso por Purmamarca, Jujuy. Cuando lo contratamos nos prometieron un vehículo en perfectas condiciones, apto para realizar un viaje por cornisas, precipicios y caminos de ripio. Pero nos enviaron una Renault Kangoo en la que debimos viajar 7 personas, en vez de 4. El vehículo que nos pasó a buscar una hora más tarde de lo acordado, no estaba en condiciones, tenía un parabrisas agrietado, las puertas desencuadradas, cubiertas lisas y no tenía aire acondicionado. Se quedó cuatro veces en el camino y gracias a la ayuda de turistas que pasaban logró arrancar y seguir viaje. El vehículo tenía, además, problemas en la dirección y el tren delantero hacía tales ruidos que nos perdimos la mitad de las explicaciones del guía. Por causa de todos los inconvenientes, llegamos tres horas más tarde a Salta. Al llegar, acusamos todo lo ocurrido en la empresa y solicitamos hablar con el dueño, quien no se dignó a atendernos. Por esta razón, radicamos la denuncia en la Secretaría de Turismo. Allí nos informaron que la misma tomaría curso directamente hacia Buenos Aires, pero a un mes no hay noticias. Es vergonzoso para nuestra provincia que los turistas se lleven semejante imagen, por causa de la irresponsabilidad de una agencia de turismo. El Gobierno debería enfocarse un poco más en los controles, ya que este tipo de situaciones deja una incógnita sobre los controles que se efectúan a las empresas de turismo, y dista mucho de una situación ideal para el turista o el propio nativo que desea recorrer y conocer mejor su provincia.
Marlene Saab
Ciudad