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Mamá, papá, los hijitos y hasta las mascotas. Cada vez son más los autos que en la parte trasera tienen calcomanías con cada uno de los integrantes de la familia. Es una moda algo peligrosa, advierten desde la Policía porque brinda a los delincuentes información valiosa sobre la constitución del grupo familiar.
Desde la fuerza se aconseja a los conductores no pegar esas calcomanías, aunque en la capital aún no se han registrado hechos de violencia o robos que se puedan vincular a esta moda. Los “Family stickers”, como se los conoce en otros lugares, responden a una moda que llegó desde Australia y que se ha instalado en Salta y en el resto de la Argentina.
Viajar en el auto con la familia “pegada” en los parabrisas y los baúles de los autos puede parecer un simpático guiño que hace saber al conductor que viene atrás cuántas personas integran el grupo familiar. Lo cierto es que también es un modo de señalar cómo se conforma un hogar. Si en el vehículo van los dos adultos y los tres pequeños que con siluetas de colores aparecen representados sobre la luneta, se puede interpretar que en casa no hay nadie. Y las casas vacías son el escenario “perfecto” para los robos.
El jefe de la Policía, Marcelo Lami, dijo a El Tribuno que los hurtos o robos que se registran en la provincia por lo general no son premeditados. “Este tipo de hechos, la mayoría de las veces, tienen que ver con arrebatadores. No es frecuente que el ladrón se quede vigilando una casa y esperando a que esté desocupada para entrar y robar”, dijo.
Bruno es un conductor salteño que viaja en su moderno auto blanco con toda su familia “pegada” en el baúl. Dice que colocó los stickers porque le gustaban estéticamente y que jamás se le ocurrió pensar en que podrían significar un peligro para él o algún miembro de su familia. Ahora, comentó, piensa removerlos.
La moda nació en Australia
La práctica de colocar las calcomanías de la familia comenzó en Australia, de la mano de Mónica Liebenow y su esposo Phil Barham. Sus modelos tienen protección por derecho de autor, pero se exportan a varios países incluida la Argentina.
La moda se expandió por los Estados Unidos y luego aparecieron las figuras creadas en Brasil, que son de libre reproducción. Aquí, además, diseñadores locales confeccionaron otras opciones.
Los fabricantes locales dicen que la moda se instaló primero en Buenos Aires y luego en muchas otras provincias.
Un vendedor de estas calcomanías, que atiende en un stand de un supermercado de la zona sur de la ciudad, confirmó que son muy demandadas, pese a que no son baratos. “La gente que más los compra es de clase alta y con familias tradicionales, aunque se está ampliando la clientela. Ahora también piden calcos personas solas con hijos o con mascotas”, dijo el vendedor.