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El viernes concurrí al Banco Nación para realizar trámites. Pese a los reclamos que anteriormente se realizaron sobre la atención, la modalidad adoptada continúa causando problemas por la falta de organización.
El hall de entrada sigue siendo tierra de nadie. Nadie indica correctamente lo que hay que hacer, a qué ventanilla recurrir, dónde esperar, etc.
El sistema que existía antes demoraba menos y era más eficaz. Ahora es pura confusión, descontrol y pérdida de tiempo.
Los pocos efectivos policiales que están apostados no dan abasto para atender a la gente que, desorientada y molesta, los increpa de mal modo.
Otro tema es la seguridad de los clientes, por la que tanto se luchó después del caso Píparo. Pero pareciera que pasada la tempestad, en el Banco Nación hacen caso omiso a las reglamentaciones vigentes.
El nuevo sistema de atención hace que la gente saque un número y espere de pie en el hall. De esa manera se amontonan y la policía no tiene amplitud visual para controlar en caso de ocurrir algún delito.
El viernes debí esperar más de una hora para ser atendida y observé a muchas personas hablando por celular, cuando está prohibido por seguridad.
Además, una huelga de empleados nos dejó esperando infructuosamente ser atendidos.
Si de antemano sabían que a las 10.30 pararían las actividades, ¿por qué no organizaron desde temprano la entrega de cierta cantidad de números y de esa manera evitaban una tediosa espera y el enojo generalizado de toda la gente que estaba desde temprano?
Señores, el reclamo es legítimo, pero la falta de respeto a los clientes, no.
Los cambios son buenos en la medida que se aplican de manera inteligente.
¿Habrá algún directivo que tome cartas en el asunto?
Los clientes también merecemos respeto.
Aurora M. Córdoba
Ciudad