inicia sesión o regístrate.
En relación a los hechos ocurridos el viernes 27 de abril, en la plaza 9 de Julio con el perro Dardo y el pedido de tolerancia solicitado por el personal del Centro Polivalente de Arte, en una carta publicada el 16 de mayo, me permito decir que son el fiel reflejo de la espantosa decadencia moral en la que estamos enfrascados.
En primer lugar, un centro de estudios no debiera inmiscuirse en hechos de tamaña bajeza ética, como es el maltrato de animales, cualquiera sea su condición (callejeros o no, ése es otro problema de nuestra endeble sociedad). Este pedido de tolerancia le hace un flaco favor a la institución que se vanagloria de ser formadora de artistas y que se supone son gente de profunda sensibilidad. En segundo lugar, parece carente de sustento comparar situaciones de respeto a la vida humana con la de la vida animal, pues nadie ha pretendido alterar orden de prioridades alguno. Pero lo más grave es el ejemplo que se pretende mostrar a las generaciones en formación, que es no relevante y resulta hasta casi graciosa la falta de respeto, la agresión y el destrato hacia cualquier ser viviente, lo que nos trae a la memoria el planteo de Domingo Faustino Sarmiento, cuando decía “civilización o barbarie”. Por ello es que me permito hacer un llamado a la cordura y al sentido común, de quienes han pretendido menoscabar este hecho que únicamente se lo puede calificar de “barbarie”.
María Claudia Bru
Ciudad