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Una hora después de asesinar a su esposa, Marcos Argello se presentó en el destacamento de villa Mitre y se entregó. “Maté a mi mujer... se me fue la mano”, dijo.
La víctima fue revisada por el médico legal Darwin Paredes, quien determinó que falleció por “shock hipovolémico por lesión en gran vaso sanguíneo del cuello”.
El crimen conmocionó al vecindario ya que Gabriela Alarcón era una persona muy conocida y respetada.
Hace dos meses, y después de años de sufrir la violencia de su esposo, había logrado que este fuera excluido del hogar.
Sin embargo, no pudo ser feliz ni reconstruir su vida y dejó de existir a manos del sujeto.