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De acuerdo con el censo realizado por el hospital de Morillo, en esa área operativa hay alrededor de 100 chicos desnutridos, distribuidos en grados leve, moderado y grave. “Lo importante es que tenemos monitoreados a todos los chicos a través de nuestros agentes sanitarios, quienes deben recorrer largos kilómetros para controlar cada caso”, señaló Tania Dávalos, médica generalista.
“Si bien estamos contentos con la tarea realizada, el centenar de chicos desnutridos hace que en forma permanente debamos estar alerta; nadie puede decir que la batalla está ganada y todos somos conscientes de que debemos redoblar los esfuerzos todos los días”, expresó.
La profesional sostuvo que el plantel de siete personas no es suficiente para atender todas las necesidades de salud. La atención en el hospital queda reducida a cinco profesionales, ya que dos de ellos están destacados en el centro de salud del pueblo de Los Blancos, a 35 kilómetros de Morillo.
Además de la desnutrición, la diarrea es otra patología que hace estragos en las comunidades aborígenes, principalmente, y de allí la imperiosa necesidad de que se designen más médicos.
La expectativa está centrada ahora en la construcción del nuevo hospital, cuya obra será solventada con los recursos del Fondo de Reparación Histórica.