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El Indec y sus conservadoras mediciones de inflación siguen sorprendiendo, pese a que ya llevan más de cinco años de aplicación. El organismo estadístico anunció ayer que la suba de precios de mayo fue de solo 0,8%, menos de la mitad de lo estimado el lunes por las consultoras privadas (1,7%). Así, para el Indec la inflación acumulada de este año alcanza nada más que el 4,3%.
Los incrementos estuvieron impulsados por alzas en educación, atención médica, indumentaria y alimentos. Con este resultado la variación de precios para el Indec en los primeros cinco meses del año fue de 4,3%, y respecto a mayo del año pasado se ubicó en 9,9%.
Los precios mayoristas subieron 1 por ciento y acumulan desde enero un incremento de 5,4%. En tanto, los precios de la construcción cayeron 3,8% y en cinco meses mantienen un alza de 3,4%. En mayo la inflación minorista fue de 0,8%, a partir de aumentos de 2,5% en educación, 2% en atención médica, 1,2 por ciento en indumentaria, y 0,7% en alimentos y bebidas. Según los cálculos oficiales, el aumento en educación es producto de subas de 3,2% en las cuotas de los colegios y de 0,4% en textos. Para el órgano oficial la indumentaria subió 1,2%, por incrementos de 1,1% en la ropa y de 1,3% en el calzado. En alimentos, el Indec publicó aumentos de 3,7% en verduras, 2,3% en frutas y 0,8% en aceites y grasas. Las mayores subas se produjeron en tomate redondo (28,9%), papa (9,9%) y ají (8,3%). En cambio hubo bajas en lechuga (21,3%), acelga (11,6%) y limón (11,5%).
En equipamiento y mantenimiento del hogar el organismo apuntó un aumento de 0,9%, mientras que los costos de vivienda y los servicios básicos subieron 0,4%.
En transporte y comunicaciones el incremento fue de 0,6% y en esparcimiento 0,4%.
El cálculo del Indec es menor a la mitad de la estimada por los privados durante mayo.
Para las consultoras la inflación acumulada es de 24%, mientras que para el Indec es de 9,9%.
La inflación para los sectores de menores recursos fue de 14 % en los últimos doce meses, con lo cual sufrieron una suba de precios 40% mayor al del resto de la sociedad.
La diferencia radica en que los pobres e indigentes destinan la mayor parte de sus ingresos al consumo de bienes y servicios básicos, que sufrieron aumentos mayores que el resto de los productos y servicios.