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Los ministros de Finanzas de Alemania, Francia, Italia y España se reunieron anoche en París, en preparación de la cumbre europea del jueves y el viernes próximo, para buscar soluciones a la desconfianza de los inversores en la capacidad de la zona euro para afrontar la crisis.
El anfitrión, el ministro francés Pierre Moscovici, había anticipado por la mañana que la cena de trabajo formaba parte de la “fase de preparación activa” del Consejo Europeo de Bruselas y que el objetivo es “sentar las bases de una Europa de la confianza”. Moscovici reconoció que la próxima cumbre europea es “esencial porque hay que sentar ahora las bases de la segunda fase del euro, que le permita consolidarse definitivamente y aportar la prueba de que somos capaces de una integración bancaria, presupuestaria, financiera, política y de crecimiento”.
Su homólogo español, Luis de Guindos, lo dijo en términos más contundentes: “En esta cumbre nos estamos jugando una parte muy importante del euro”.
De la reunión participaron sus colegas el alemán Wolfgang Sch„uble; el italiano Vittorio Grilli; el comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, y representantes del Eurogrupo y el Consejo Europeo.
Las principales dudas de los mercados que tienen que ver en parte con las divergencias entre Alemania y Francia, que se ha constituido como portaestandarte de algunas de las demandas de los países del sur de la moneda única, sobre la necesidad de un mecanismo de recapitalización directa de los bancos en dificultades y sobre un mecanismo rápido de puesta en marcha de los eurobonos.
La cena de trabajo de los ministros de Finanzas estuvo rodeada de un cierto secretismo, ilustrado en la negativa de los organizadores a anunciar el lugar donde se celebraba, y a prevenir de que, en principio, no habría ninguna rueda de prensa o comunicado al concluir la reunión.
París será de nuevo hoy el escenario de un encuentro entre el presidente francés, Fran‡ois Hollande, y la canciller alemana, Angela Merkel.