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1 de Julio,  Salta, Centro, Argentina
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Comprometieron a Ríos Ereñú

Sabado, 30 de junio de 2012 17:46
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Los testimonios del juicio por la megacausa de la Unsa, entre el lunes y el martes último, también permitieron conocer la participación del Ejército en la lucha antisubversiva en el norte de la provincia.

Esto comprometió al imputado general Héctor Ríos Ereñu, quien en esa época se desempeñaba como jefe del Regimiento de Infantería de Monte 28 Tartagal. “El Ejército era el que hacía y deshacía todo en la zona”, aseguró Francisco Osores, hermano del desaparecido Raúl Benjamín Osores.

Como para graficar su afirmación subrayó que “el Ejército tomó a Tartagal como campo de entrenamiento”. Sus dichos echan por tierra los argumentos de Ríos Ereñú, quien se defendió en el juicio sosteniendo que “Tartagal era una ciudad tranquila” y que la Gendarmería no esta subordinada a su mando.

Amado Barrios, compañero de militancia de Russo en el Partido Comunista de Orán, sostuvo que era frecuente ver la llegada de los camiones con el grupo de tareas conocido como “Los rodilla negra”. Dijo que el PC de Orán ha sido uno de los más golpeados de la zona, ya que a la desaparición de Russo se agregó la de Mario Luna y el atentado sufrido por Polo Benítez. Cecilio Gerardo León, militante de la Juventud Peronista de la línea Montoneros aseguró que “teníamos una gran militancia y brindábamos un gran apoyo a los sectores humildes”.

Recordó que en esta tarea conoció a Ruso, a quien calificó como un hombre comprometido con la defensa de los trabajadores. También este testigo afirmó que el Ejército de Tartagal tenía una presencia permanente en el departamento, por lo que estimó que brindaba apoyatura permanente a la Gendarmería y la Policía.

El licenciado Julio Fernando Muiño contó que Gendarmería siguió sus pasos desde el mismo momento del golpe y cuando se enteró decidió presentarse por su propios medios y quedó detenido. El testigo refirió que fue interrogado por varias horas por un comandante de apellido Saboredo. “Mientras estuve en el Escuadrón tomé contacto con Russo a través de la puerta de su encierro; me dijo que le dolía mucho la cabeza y entonces le pasé por la rendija unas pastillas”, afirmó

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