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Horas decisivas se viven en Siria y la ofensiva del régimen del presidente Bashar al Assad sobre el bastión rebelde de la ciudad de Alepo es inminente. Mientras, los combates y la violencia recrudecieron en varias ciudades del país árabe. La oposición denunció que ayer unas 70 personas murieron a causa de los bombardeos de las fuerzas leales al mandatario, sobre todo en Deraa (sur), Damasco y sus alrededores, y Alepo (norte), donde los rebeldes capturaron a unos cien efectivos del régimen.
Los Comités de Coordinación Local (CCL) informaron en un comunicado de la muerte de 70 personas, mientras que el Observatorio Sirio de Derechos Humanos documentó el deceso de 52 civiles y 17 miembros de la fuerzas gubernamentales en combates contra los insurgentes.
En Alepo, en la que se teme una gran ofensiva de las tropas gubernamentales, que mantienen sitiada la ciudad a la espera de refuerzos militares, se registraron entre seis y once muertos, dependiendo de las fuentes.
Los bombardeos castigaron principalmente los barrios de Al Fardus, Salahedín, Al Sukari, Al Ansari, Al Mashad y Bustan al Qasr, en manos de la insurgencia.
Según un video difundido por los activistas, la brigada del Ejército Libre Sirio (ELS) de Alepo capturó en los últimos combates a soldados y oficiales del Ejército y a milicianos progubernamentales.
En cuanto a Deraa, muchas de cuyas localidades son blanco de fuertes bombardeos desde hace días, los grupos opositores señalaron que impactaron proyectiles de mortero en varios barrios de esta provincia fronteriza con Jordania, donde fallecieron 21 personas por disparos de artillería contra un campo de refugiados.
Mientras, en la periferia de Damasco los bombardeos con helicópteros castigaron principalmente las poblaciones de Daraya y Yalda, que las fuerzas del régimen tratan de recuperar del control de los rebeldes.
En Homs (centro), los bombardeos y operaciones de represión de las fuerzas gubernamentales asolaron la ciudad homónima y la cercana localidad de Al Qusair y sus alrededores.
Otra de las provincias más castigadas por la violencia fue Idleb (noroeste), donde se registraron intensos bombardeos y combates.
Ante este recrudecimiento del conflicto, la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, acusó ayer al régimen de Al Assad de arrasar zonas controladas por la oposición sin tener en cuenta la suerte de la población civil que las habita. A este panorama desolador, se sumó el retiro del personal de la Cruz Roja de Damasco, la capital siria, hacia el Líbano.