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La polémica desatada por la denuncia sobre la salida de presos de las cárceles para participar en actos políticos fue rotundamente desmentida ayer por el oficialismo, encabezado por la propia presidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien rechazó las acusaciones a las que calificó de “mentira absoluta” y aseguró que los egresos cuentan con la autorización de la Justicia y tienen por objetivo la reinserción de los detenidos.
En un acto en la Casa Rosada, la mandataria destacó que el Servicio Penitenciario Federal es “modelo” y explicó que la Constitución dice que la prisión “no tiene que ser castigo sino impulsar la reinserción social” de los reclusos. Y agregó: “Salvo el caso de (Sergio) Schoklender no hay ninguno que haya reincidido”. Curiosamente el martes pasado, el exapoderado de las Madres había acusado a la agrupación La Cámpora de injerencia en las cárceles.
A esto se sumó otra denuncia. Es sabido que los detenidos, luego de haber recibido una condena, tienen la posibilidad de acceder a salidas transitorias de la cárcel. En este caso el beneficiado fue Eduardo Vázquez, exbaterista del grupo Callejeros, condenado por el homicidio de su esposa Wanda Taddei. Un mes después Vázquez participó de un acto organizado por la agrupación Vatayón Militante. El grupo defendió ayer la salida de los presos para participar de actividades culturales y no de actos políticos, remarcando, no obstante, que “toda cultura es política”.
A tono con las expresiones de la jefa de Estado, el ministro de Justicia, Julio Alak, y el senador kirchnerista Aníbal Fernández desestimaron las denuncias y aseguraron que forman parte de una “política de reinserción” autorizada por la Justicia.