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Prodigios personales. Azul es la tercera generación de mujeres devotas. Su abuela María realiza la procesión desde los 12 y ahora tiene 55. Hace cuatro años que viene caminando de Cerrillos con su esposo. Su hija Soledad cursaba un embarazo de alto riesgo y pidió protección de los santos patronos. Cree que por su intercesión Azul nació sana.
Restablecer vínculos de filiación y fraternidad. Jael Murillo y Tomás Miranda son de La Paz y harán una promesa para que su hija regrese a Bolivia. “Ella está en Argentina. Vino con su hijita y su pareja a buscar trabajo hace un año y cuatro meses. Nos llama alguna vez, pero su comunicación es breve y no sabemos dónde se han radicado”, contaron.