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Según la Confederación de empresarios ibéricos, para el próximo año se espera un desempleo del 26,5% y una caída de la actividad económica del 1,6 por ciento. Estas previsiones son mucho más pesimistas que las del Gobierno, que prevé una caída del PBI del 0,5% para el año que viene y un aumento de la tasa de desempleo hasta el 24,3% en 2013. La cantidad de desocupados se ubicaría casi en los seis millones.
Las perspectivas de empleo de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), institución que representa a los hombres de negocios ibéricos, son especialmente pesimistas, ya que la entidad cree que el empleo ingresó en una nueva espiral de deterioro con la llegada de la recesión. En esta situación, el empleo caerá 4,8% este año, al destruir más de 800.000 puestos de trabajo, y 3,4% en 2013.
Con esta evolución, el número total de desocupados alcanzará un nuevo máximo histórico este año con 5,8 millones de personas, y rozará los 6 millones el año que viene.
La previsión de la caída del 1,6% del PIB para el próximo año obedece tanto a las peores perspectivas del contexto internacional como al mayor deterioro de la demanda interna española, que continuará drenando el crecimiento. Pero en 2013, señala la CEOE, la menor prima de riesgo que espera la patronal y el impacto positivo de las reformas estructurales, empezarán a reflejarse en una mejora de la actividad. Aunque la recuperación de la demanda se retrasará a la segunda parte del año y será "muy lenta", por lo que el PIB volverá a caer 1,6 por ciento.
Por su parte, el gasto de las familias volverá a retroceder en 2012 (-2,1%) de forma más intensa que el año pasado por el efecto del desempleo en el dinero disponible, la elevada tasa de desocupación, la moderación del crecimiento de los salarios y la suba de impuestos. Además, el deterioro de la confianza también suponen una limitación para la evolución del consumo. En 2013, el gasto de las familias caerá al mismo ritmo que en 2012. En cuanto a la inversión, las perspectivas de la CEOE apuntan a que se seguirá contrayendo por las dificultades de acceso a la financiación y la debilidad de la demanda.