¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

Su sesión ha expirado

Iniciar sesión
-2°
25 de Junio,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

En el sistema bancario solamente queda el 10% de los dólares

Sabado, 22 de septiembre de 2012 22:26

Los controles en el mercado cambiario y las restricciones en el comercio exterior llevaron la pesificación a un ritmo rápido en la Argentina 2012, según la Fundación Mediterránea. La moneda nacional desplazó al dólar en las líneas crediticias y en los depósitos bancarios. Luego de la sangría de dólares que el público provocó en los bancos extrayéndolos, el peso hoy -con el aplacamiento del dólar paralelo- se hizo plazo fijo. Es que este tipo de operación paga más intereses. La estrategia para pesificar dio frutos. Las tasas de los plazos fijos subieron 300 puntos básicos desde mayo.

Los banqueros -tal vez los empresarios mejores informados sobre las fortalezas y debilidades del modelo actual de sustitución de las importaciones- creen que las tasas seguirán subiendo en los próximos meses. Están bien informados porque la misma presidenta del Central, Mercedes Marcó del Pont, suele comunicarle, ella sabe, la táctica monetaria a la que debe adherir sí o sí la banca. Cuando el sistema perdió dólares a raíz de las corridas recientes, los banqueros asustados, como el ciclista de la canción de Juan Luis Guerra “Cruzando el Niágara en bicicleta”, recibieron el “­tranquilo Boby, tranquilo!” de Marcó del Pont. Sin negocio no se iban a quedar. Y así resultó. Hoy la pesificación bancaria llega al 90% . Los banqueros saben que la tasa que pagan subirá mucho más en la demanda de créditos al consumo. Marcó del Pont les cuenta que si las primeras restricciones a la compra de dólares ahuyentaron a los ahorristas, pueden -en la libre oferta y demanda monetaria- elevar las tasas para retener los depósitos.

Lo hicieron y se tranquilizaron. Una prueba del entendimiento entre banqueros y el Central. La devaluación controlada del Gobierno permite regular tasas, salarios y dólares. Esa ecuación tabú y sagrada para la gobernabilidad de cualquiera en Argentina, muestra que en el sistema hay sólo 10% de dólares. Los gerentes del Central les cuentan a los directores de la entidad cómo marcha el peso sin peligros. La Fundación Mediterránea les da la razón y, en reciprocidad, ellos también. Los gerentes del Central se sientan en la mesa ovalada del organismo y leen en las reuniones de situación datos numéricos sorprendentes: “En el mercado de créditos privado, los que están en pesos crecieron $12 mil millones en septiembre, los colocados en dólares cayeron $2,3 mil millones”.

Los economistas que acompañan a esos gerentes, sonríen satisfechos pero preguntan: “¿ Tenemos o no ahorros en dólares?”. La respuesta de los gerentes mientras todos toman el infaltable café financiero es: “Los depósitos en dólares siguen achicándose, los que están en pesos crecen 2,3% intermensual”. Con intención de hacer hablar a los números, los economistas no se resisten y consultan y consultan. Los gerentes contestan asépticos como contadores: “ Los préstamos al sector privado en pesos crecieron 4% intermensual, tomando el promedio de tres meses, los denominados en dólares bajaron 9% respecto del mes pasado”. Gerentes y economistas se dan la mano y chocan los cinco.

No hay pérdidas en las entidades

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Los controles en el mercado cambiario y las restricciones en el comercio exterior llevaron la pesificación a un ritmo rápido en la Argentina 2012, según la Fundación Mediterránea. La moneda nacional desplazó al dólar en las líneas crediticias y en los depósitos bancarios. Luego de la sangría de dólares que el público provocó en los bancos extrayéndolos, el peso hoy -con el aplacamiento del dólar paralelo- se hizo plazo fijo. Es que este tipo de operación paga más intereses. La estrategia para pesificar dio frutos. Las tasas de los plazos fijos subieron 300 puntos básicos desde mayo.

Los banqueros -tal vez los empresarios mejores informados sobre las fortalezas y debilidades del modelo actual de sustitución de las importaciones- creen que las tasas seguirán subiendo en los próximos meses. Están bien informados porque la misma presidenta del Central, Mercedes Marcó del Pont, suele comunicarle, ella sabe, la táctica monetaria a la que debe adherir sí o sí la banca. Cuando el sistema perdió dólares a raíz de las corridas recientes, los banqueros asustados, como el ciclista de la canción de Juan Luis Guerra “Cruzando el Niágara en bicicleta”, recibieron el “­tranquilo Boby, tranquilo!” de Marcó del Pont. Sin negocio no se iban a quedar. Y así resultó. Hoy la pesificación bancaria llega al 90% . Los banqueros saben que la tasa que pagan subirá mucho más en la demanda de créditos al consumo. Marcó del Pont les cuenta que si las primeras restricciones a la compra de dólares ahuyentaron a los ahorristas, pueden -en la libre oferta y demanda monetaria- elevar las tasas para retener los depósitos.

Lo hicieron y se tranquilizaron. Una prueba del entendimiento entre banqueros y el Central. La devaluación controlada del Gobierno permite regular tasas, salarios y dólares. Esa ecuación tabú y sagrada para la gobernabilidad de cualquiera en Argentina, muestra que en el sistema hay sólo 10% de dólares. Los gerentes del Central les cuentan a los directores de la entidad cómo marcha el peso sin peligros. La Fundación Mediterránea les da la razón y, en reciprocidad, ellos también. Los gerentes del Central se sientan en la mesa ovalada del organismo y leen en las reuniones de situación datos numéricos sorprendentes: “En el mercado de créditos privado, los que están en pesos crecieron $12 mil millones en septiembre, los colocados en dólares cayeron $2,3 mil millones”.

Los economistas que acompañan a esos gerentes, sonríen satisfechos pero preguntan: “¿ Tenemos o no ahorros en dólares?”. La respuesta de los gerentes mientras todos toman el infaltable café financiero es: “Los depósitos en dólares siguen achicándose, los que están en pesos crecen 2,3% intermensual”. Con intención de hacer hablar a los números, los economistas no se resisten y consultan y consultan. Los gerentes contestan asépticos como contadores: “ Los préstamos al sector privado en pesos crecieron 4% intermensual, tomando el promedio de tres meses, los denominados en dólares bajaron 9% respecto del mes pasado”. Gerentes y economistas se dan la mano y chocan los cinco.

No hay pérdidas en las entidades

Los bancos en Argentina son parte de las familias, empresas y de los acreedores externos, titulares de bonos.Los bancos se quedaron sin dólares pero hacen negocios con rentabilidad en pesos. El trabajo registrado aumentó, crecieron las cuentas sueldos en las entidades; las empresas hacen más operaciones financieras y evolucionan los servicios bancarios; también, los bancos financian a la producción a tasas del 15%. Los bancos con la microingeniería financiera que usan para brindar servicios, cobran los llamados “costos ocultos”. A las Pyme, hasta fin de año, les prestarán $15.000 millones para emprendimientos productivos. Es por eso que los gerentes del Central están tranquilos con los banqueros.

Los ven con oportunidades a pesar de que la expansión de los créditos en moneda estadounidense se contrajo US$ 2.300 millones. Durante la actual crisis mundial los bancos argentinos muestran súper rentabilidad. Según el informe elaborado por los economistas Andrés Asiain y Estanislao Malic, la rentabilidad de los bancos, a partir de 2006, fue con altos rendimientos. Hay razones para ello: la expansión monetaria, buenas tasas pasivas, no pagan impuesto a la renta financiera y el aislamiento de los mercados globales que evita el contagio de crisis externas.

En la City, los más entretenidos chancean y hacen reír a los más aburridos. Relatan un cuento en el que preguntan a un banquero si tiene problemas con el sueño, en esta crisis. El financista responde: “Ahora duermo como un bebé. Me despierto cada hora para llorar”. Por supuesto, los banqueros argentinos no tienen ese tipo de insomnio. Llegan a ganar 25%, la rentabilidad más alta de todo el sistema financiero de América Latina.

Temas de la nota

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD